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La música retumbava en tus oídos. La gente bailaba sudorosa en cada rincón. El cumpleaños de tu abuela se puso intensa alrededor de la media noche.

Tu plan era más que sencillo. Comer solitaria acompañada de tu madre. Bailar en público no era lo tuyo.

Comías tres empanadas y dos pedazos de pizza cuando sonó tu canción favorita. Empezaste a tararear la canción.

El ambiente de la fiesta era divertido y alegre. Increíble.

Parecía que todas las gaseosas que tomaste hicieron efecto. Las ganas de ir al baño eran intensas. Para ir al baño tenías que cruzar toda la pista de baile. Te paraste de tu cómoda silla y partiste. Tus tacones negros no ayudaban para nada, te los quitaste a medio camino. La gente te empujaba. Una prima tuya te chocó apropósito. Perdiste el equilibrio y casi de caíste, pero unos fuertes brazos te tomaron de la cintura. Lo primero que viste de él era su camisa de color rojo, levantaste tu vista y viste su rostro ¡Oh por todo lo santo y lo divino! ¡Era fascinantemente precioso!

Te ayudó a levantarte de apoco.

—¿Te caes muy a menudo?— preguntó riendose.

—Debo admitir que si. —afirmaste sonriente.

Empezó a sonar una canción de los ochenta. Para ser mas específicos "La incondicional, de Luis Miguel"

—¿Me permite esta pieza noble dama?— te preguntó teniéndote su mano.

—Sería un placer...Por cierto ¿Cómo te llamas?

—Jungkook.

Tus ojos se agrandaron.

Tú abuela te dijo que esa noche conocerías a un primo lejano llamado Jungkook.

Y como por arte de magia las ganas de ir al baño salieron expulsadas. Allí, en medio de la pista. Allí, bajo todos los reflectores. Allí, en frente de él.

Jungkook reɑcciones [EDITANDO] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora