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Segunda parte de la historia número 5. Si no la leyeron o se olvidaron la trama, los invito a releerla ;)

No podías decir o hacer nada. Solo mirarlo confundida y expectante. Su cara, redonda y blanca estaba igual de seria como lo recordabas. Tenía el pecho descubierto, dejando ver un abdomen plano pero trabajado, lo recordabas bien, ya que siempre estaba sobre ti. Aunque la verdad, jamás pensaste que aquel hombre de tus sueños... Existiera.

Él dio un paso hacia adelante sin despegar su vista en ti. Sus hombros se contrajeron y ese gesto se te hizo conocido sin saber por qué. Su ceño serio parecía no relajarse, su aura era amenazante y superior, te hizo sentir como una pequeña hormiga que sería pisoteada. O devorada.

Él no decía nada. Tú no decías nada. Ninguno decía nada.

Él puso su cabeza de costado. Te pareció tan adorable que esbozaste una sonrisita.

—¿Cuándo te quitarás la ropa? —preguntó.

—¿Ah? —dijiste bajito pero sorprendida.

—Lo que escuchaste. Siempre que venía tú no tenias ropa. Ah cierto —emitió una pequeña pero existente risita—Tu duermes desnuda.

Él se aproximó hacia la cama y se  sentó en el borde. No sentiste que el colchón se hundiera.

—Sé que esto debe ser muy raro para ti. El hombre que te hacía tener orgasmos en realidad existe.

—T-tu... ¿Cómo te colabas en mi habitación? ¿Por que siempre pensaba que era un sueño? Yo...

—Shhh... Sin duda te prefería dormida —dijo cansado —Lo único que necesitas saber es... Que te amo.

—No entiendo nada.

Él se paró de la cama y se dio vuelta. En ese momento viste dos cicatrices gigantes verticales que adornaban su espalda. Eran de un color rojo bordo y su longitud era demasiado impresionante.

—¿Qué te pasó? —preguntaste con una voz fina.

—Es el precio que tuve que pagar para estar contigo.

—En serio. No entiendo nada.

—Yo... —comenzó dudoso —Vivía en el cielo. Allí donde todo es aburrido y no hay espacio para la  lujuria y el vicio. En donde por cualquier cosa que hagas serás jusgado y condenado para siempre si es que no sigues sus reglas. Donde todos lo conocen como el paraíso, pero para mi era una hoguera dolorosa que me impedía estar con la mujer que amaba. No podía esperar a que envejescas y mueras amando a otro hombre que no sea yo. No lo hiba a permitir. Por eso estoy aquí.

—¿Qué...? ¿Q-Qué tratas de decir?

—En pocas palabras —dijo mirando al suelo —Vine a matarte.

Abriste los ojos como platos y una choque como de electricidad golpeó tu corazón.

—Tu eres una chica buena T/N. Irás al cielo. Pero allí no serás feliz, ya que no estaré ahí para satisfacerte. Debes reusarte y te quitaran tus alas para siempre, como a mi. Y en ese momento, solo en ese momento, serás mía para toda la eternidad.

—Y-yo ni siquiera te conozco.

Él rió. Era tan bonito cuándo lo hacía. Lástima que quería asesinarte.

—Me conoces muy bien T/N. Lo recordarás cuando estés en mis brazos de nuevo. Aunque... Ya no me arriesgare a hacerlo con tu forma humana. No quiero tener un Neflim a esta altura del año. —te guiñó el ojo.

—Por favor yo, no quiero morír. —dijiste asustada por la determinación del hombre que estaba al frente tuyo. —Ni siquiera sé tu nombre.

—Jungkook.

Jungkook...¿Cómo no lo recordabas? Gemias ese nombre desde que tenias memoria.

—Hagámoslo fácil T/N. Tú, solo cierra los ojos.

—¿Por qué?

—Solo hazlo.

—No...

—¡HAZLO!

Cerraste inmediatamente tus ojos.

—Bien. Ahora piensa en mi.

¿Que pensara en él? De repente imágenes lascivas aparecían en tu cabeza. Jungkook y tú estaban debajo de las raíces de un árbol, desnudos y sonriendo. Tú eras más pequeña y el seguía igual. Él te acariciaba la mejilla con ternura mientras frotaba su rodilla en tu entrepierna, tú suspirabas su nombre entrecortadamente y él te callaba a besos. Sus manos te tocaban los pechos con deseo y tú solo lo podías ver con adoración y amor. Podías oir los frenéticos latidos de su corazón a milímetros del tuyo. Él mordía y chupaba tu cuello mientras refregaba su parte viril en tus labios menores. No podías estar más feliz. Te sentías deseada y amada por el extraño hombre que estaba entrando y saliendo de ti en un frenesí constante. Sentías tus paredes internas apretar más y más su miembro hasta que un ruido hizo que abrieras los ojos, despertando de aquella ilusión.

Sentiste un dolor agobiante en tu entrepierna, viste que allí había un cuchillo carnicero incrustado hasta lo más profundo de ti.

—¡¿Que hiciste?!

Pero notaste que ya no había nadie en la habitación. Estabas sola sin ningúna compañía. Estabas desangrandote rápidamente y el pánico te empezó a consumir.

Un viento helado acarició tu oído acompañado de un mensaje.

—En el juicio final, recuerda muy bien lo que te dije. Nos vemos pronto, mi ángel.





Xxx

Para los que no saben, un Neflim es el hijo de un ángel caído y una humana.

Baiiii.

Jungkook reɑcciones [EDITANDO] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora