Jungkook reɑcciones [EDITANDO]

38

Segunda parte de la historia anterior.

Ya nada tenía sentido. Los días pesaban toneladas mientras tratabas de asimilar todo. Ya había pasado una semana desde lo ocurrido. Desde que esa mujer apareció en tu vida revelandote una verdad que no buscabas. Una realidad a la que estabas ajena y que no sospechabas en absoluto, o mejor dicho si, pero no eras lo suficientemente valiente para afrontarlo.

Jungkook no paró de llamarte y escribirte desesperado. Sus mensajes hiban desde el enojo hasta la extrema tristeza que supuestamente sentía al no tener noticias tuyas. Tú solo le clavabas el visto.

Fuiste solo su amante. La prostituta que él usaba cuando se aburría de su rutinaria vida de casado. Te engañó. Y no solo a ti de seguro a su esposa también y a sus hijos...

Porque si, también te ocultó a su familia.

La persona a la que le entregaste tu corazón y tu cuerpo era una muy distinta. Su madre jamás estuvo enferma, él no vivía en el departamento que decía, no era soltero, tenía una familia completa ¿Cómo fuiste tan tonta?

Un silbidito te anunciaba que recibiste un nuevo mensaje.

Era de Jungkook.

"Mi Princesa, la verdad no entiendo el por qué me ignoras. No sabes lo angustiado que estoy por tu actitud. Me siento triste, enojado y solo. Mi madre está en el hospital muy grave y no me ayudas en esta difícil situación. Solo te quería decir que volveré esta noche y que lo primero que haré al ir será buscarte y besarte tanto como extrañe estos días. Porque sé que por cualquier tontería por la que estés enojada, no evitará que te entregues en mis brazos de nuevo. Te amo.

¡Encima el muy maldito seguía mintiendote! Después de llorar a mares durante bastantes días. Decidiste buscar información. Por mera casualidad descubriste que una amiga tuya seguía en las redes sociales a la madre de Jungkook. Tú con una cuenta falsa le enviaste la solicitud, ya que la tenía privada y al día siguiente te la aceptó. Allí subía fotos de viajes y lujos de los que una persona enferma no disfrutaría. El último post que subió era de hace unas horas. Allí se veía a Jungkook al frente del mar con el pecho desnudo, con su hijo más pequeño en brazos mientras sostenía a su esposa de la cintura. Su hijo mayor que aparentaba unos cuatro años de edad estaba abrazando sus piernas. Lo que te destrozó fue la descripción.

"Aquí se ve a mi bella familia siendo lo que es ¡Una familia! No saben lo agradecida que estoy con Dios por brindarme salud para disfrutar de momentos como este. Le agradezco a mi querido hijo Jungkook por darme el regalo más hermoso, unos nietos maravillosos y una nuera hermosisima. Estas vacaciones fueron las mejores de la vida y siempre la recordaré en mi corazón. "

Él simplemente era un desgraciado.

Dejaste el teléfono y miraste la hora. Las ocho y media. Jungkook ya hubiera estado llegando a la ciudad ¿De verdad se hiba a atrever a buscarte? No sabías como hibas a reaccionar, de seguro muy mal.

Habías pedido una pizza para cenar. No tenias ánimo ni para cocinar. El timbre sonó y por un pequeñísimo instante deseaste que sea Jungkook.

Abriste la puerta y pensaste que era él. Pero no. Este muchacho se veía más joven y mucho más alto.

—¡Hola! —exclamó sonriendo mostrando unos adorables hoyuelos— Usted pidió pizza ¿Cierto?

Oh, era el repartidor.

—Ehh si —tomaste la pizza. —Ya vuelvo, voy a buscar mi billetera—dijiste amable.

Volviste a la puerta ya con la billetera y viste al convertible negro de Jungkook estacionarse al frente de tu casa.

—Oh no...—susurraste.

—¿Sucede algo? —preguntó el muchacho.

Jungkook salió del auto dando un portaso y cuando te vio te brindó una sonrisa pícara.

Tenias que idear un plan rápido.

—Sígueme la corriente —susurraste al repartidor. Le tiraste la gorra al chico con el logo de la pizzeria y él te miró como si estuvieras loca. Y lo estabas.

Jungkook llegó a la puerta de la casa mirando al repartidor como si fuera un mosca sucia.

—T/N ¿quién es él? —dijo mirándolo fijo y arrugando la nariz.

—Él... —querías hacerlo sufrir, aunque lo que hibas a hacer sea una estúpidez— Es mi novio.

Jungkook abrió la boca divertido.

—¿Estás drogada? —te preguntó.

—Estoy más que lúcida. —dijiste mirándolo con un odio que guardaste por toda una semana.

—Soy Soobin. Mucho gusto —dijo el tal Soobin tendiendole la mano.

—YO soy su novio —dijo Jungkook con una seriedad muy dura.

—Ya no más. —dijiste casi gritando —Soobin es un hombre maravilloso. Con él aprendí que nuestra relación jamás hiba a ir a ningún lado. Lo siento, pero ya no puedo estar más contigo.

—¿Qué mierda acabas de decir? —gritó Jungkook.

—Lo que escuchaste ahora vete.

—Sos un maldito hijo de puta —gritó el desgraciado y empezó a golpear a Soobin en el rostro. Aunque Jungkook era más bajo que él, tenía una contextura física mejor desarrollada y mucha más fuerza. Soobin hiba a perder.

—¡No basta!

Le hubieras hablado con la verdad. Que habías descubrido cada una de sus mentiras pero no te creías capaz de eso, pero ahora por tu culpa estaban madreando a un chico inocente.

Pensaste rápido y tomaste una madera que había ahí cerca y golpeaste a Jungkook repetidas veces en la espalda. Por un momento dejó a Soobin, aprovéchaste y lo jalaste para que entrara adentro. Cerraste la puerta dejando a Jungkook afuera.

—¡Mierda! T/N, más te vale salir si no querés que mate a ese hijo de perra —gritó Jungkook golpeando la puerta.

Soobin estaba respirando agitadamente y tú también.

—Perdón, perdón Soobin. No debí meterte en esto. Lo siento. —dijiste al borde del llanto.

—No es nada —dijo sonriendo como siempre —Me alegro de haberte ayudado.

Luego llevaste a Soobin al baño para curarle sus heridas. No podían arriesgarse a salir ya que Jungkook podía seguir afuera. Fueron al comedor y juntos comieron la pizza que él mismo había traído. Conversaron tranquilamente y descubriste a una persona muy divertida y buena en Soobin.

Era un muy buen muchacho.

Mientras tanto jungkook estaba sentado encontra de la puerta. Llorando. Sosteniendo un cuchillo que siempre tenía escondido en su pantalón, esperando a que la puerta se abriese...