Jungkook reɑcciones [EDITANDO]

17

Riiiiiiiiing. La campana de la universidad sonaba fuertemente entre los pasillos. Tú y Jungkook caminaban hasta su próxima clase.

Llegaron a su salón y se sentaron juntos. Nadie más estaba allí.

Ustedes estaban besuquiandose cuando jungkook sintió una mano estrellarse en su cabeza. Era su hermana Irene.

—¿¡Me acabas de golpear!?

—Si, niño tonto.

Tus ojos la vieron a ella y al bebé que tenía al lado en un coche de color negro.

—¿Por qué trajiste a mi sobrina acá?—preguntó Jungkook extrañado.

—Necesito que la cuiden.—le contestó.

—Ah no, no. Eso si que no. Estamos en la universidad ¿No ves?—dijo Jungkook.

—Ya lo sé, pero necesito que la cuiden. Tengo que ir a una entrevista de trabajo y no tengo a dónde dejar a Leah.

—Por mi no hay problema— dijiste sonriéndole a la dulce bebé.

—Jungkook  miró a su sobrina con adoración y después aceptó con la cabeza.

—¡Genial les debo una!—exclamó su hermana apurada.

Irene se fue corriendo no sin antes darle un beso a Leah.

—Mira el lado positivo Jungkook ¡Seremos padres por unas horas!

Antes de que Jungkook pudiera contestar una bandada de adultos jóvenes invadieron el salón. Todas las miradas iban dirigidas a ustedes y a la bebé a su lado. No tenían todavía amigos en la universidad, ya que siempre se veían con los de la secundaria así que nadie se atrevió a preguntar por el bebecito.

El profesor entró y fijó su mirada en ustedes y en la bebé con fríaldad.

—Otros jóvenes que por la calentura se cagaron la vida. Díganme ¿Cómo se llama vuestra hija?—preguntó el profesor sin mucho interés.

—La verdad es que...—empezaste a decir.

—Se llama Leah—te interrumpió Jungkook—¿Es hermosa no cree?

El profesor se bajó los lentes y miró a Leah con detalle, luego subió sus gafas y asentió.

—¡Jungkook! Debiste aclararle que no es nuestra hija.

—Le quitas la diversión a las cosas, mi amor.

Notaste como todas y cada una de las mujeres del salón te miraban con ¿Envidia? Tener un hijo con Jungkook debe ser el sueño de toda persona, aunque claro, ustedes todavía ni siquiera intimaban.

—Ok, hoy comenzaremos con literatura griega...

Un llanto prominente de la bebé interrumpió al profesor.

—Disculpe, profe, es que quiere estar en los brazos de su padre.— dijo Jungkook orgulloso.

Jungkook alzó a Leah del coche y la cargó en sus brazos.

El profesor hizo caso omiso a Jungkook, salvo todos los alumnos que miraban a tu novio con admiración.

—Cómo es obvio la literatura griega es aquella escrita por autores autóctonos de Grecia y áreas geográficas de influencia; muchas compuestas en sus dialectos. Se extiende a lo largo de todos los periodos de escritores de ese origen...

—¡Guaaaaaaa!—el llanto proveniente de Leah ha hecho cerrar la boca del profesor de forma abrupta.

—Creo que lo que quiere la nena es teta—comentó un chico de la parte de atrás.

Jungkook le dio una mirada asesina a ese muchacho.

—Damela Kookie.

—Mmmm está bien.

Jungkook te entregó a la niña y el profesor siguió con la clase.

—Chicos quiero que tomen notas sobre lo que voy diciendo ¿Esta bien? Comenzaré.

—Ey, kook—le susurraste—Creo que deberé dejar a Leah en su coche, asi se me es más fácil.

—Está bien.

Estabas por estirarte para dejarla en el coche cuando escuchaste un pequeño eructo salir de la bebé. Te manteniste quieta y de repente una gran mancha  adornaba tu blusa color azul. El olor a comida para bebé inundó tu ropa. Hay no, Leah había vomitado su desayuno. Sobre ti.

Sus compañeros al enterarse de la situación empezaron a reír a carcajadas. Miraste a Jungkook y él estaba rojo con tal de aguantarse la risa, sin embargo una carcajada estrondosa se hizo oir en su garganta tras unos segundos.

—Creo que tienen mucho que aprender sobre el arte de ser padres muchachos. Por favor señorita T/N, haga a toda la clase el favor de retirarse para que se limpie. Gracias.—anunció el profesor.

Te levantaste y saliste del salón. Mientras te dirigias al baño, escuchaste rueditas pasar por el pasillo. Volteaste y encontraste a Jungkook con la bebé en el coche.

—¿Qué pasó Kook?

—El profesor dijo que llevara a Leah a la dirección, que allí no causaría problemas.

Miraste a la pequeña con una sonrisa, ella te la devolvió.

—Pobre pequeña, ni siquiera tiene un año y ya va a detención. —dijiste risueña.

Jungkook te abrazó y te besó.

—Seríamos muy malos padres— afirmaste divertida.

—Seguramente—rió—Jungkook—. Pero amaríamos a esa criatura con toda nuestra vida.

Jungkook te volvió a besar y se separaron. Viste su chaqueta negra manchada. Sin querer embadurnaste el vómito en él.

—¡Oh no!—exclamó Jungkook—¡Estaba recién lavada!

Leah soltó una tierna carcajada.