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Abriste los ojos y lo primero que viste fue su hermosa sonrisa saludandote. Lo abrazaste por el cuello y él te dio un beso largo sin mover los labios.

-¿Cómo despertó mi bella princesa? -preguntó Jungkook frotando su nariz con la tulla.

-Muy bien gracias a mi príncipe.

Él sonrió.

Se acurricó a tu lado poniendo su brazo por arriba de tu pecho y te abrazo la cintura con su pierna izquierda.

-¿No tienes que trabajar hoy? -preguntaste alejando los cabellos que cubrían sus ojos.

-Nena, no trabajo los sábados.

-¡Hoy es sábado! Hubiese jurado que era viernes.

-Viernes fue ayer tontita -dijo pelliscando tu mejilla.

-Eso significa que podemos estar más tiempo juntos -dijiste entusiasmada sonriendo.

Él no te devolvió la sonrisa.

-La verdad, no. Debo viajar.

Frunciste el ceño. Jungkook no te había comentado nada sobre un viaje en el fin de semana, y eso que él te contaba todo.

-¿Por qué viajas?

-Ya sabes, mi madre sigue enferma en Busan y debo ir a verla.

-¿No puedo ir contigo? -dijiste haciendo un mohín.

Se rió.

-No princesa. Me voy por una semana.

-¡¿Qué?! ¿Por qué no me dijiste?

-Perdón, es que fue muy repentino. Mi madre está cada vez peor y no sé si pueda resistir... Debo verla T/N.

Ya lo comprendias. Él te había hablado anteriormente de que su madre tenía cáncer y su estado empeoraba cada vez. Lo hibas a extrañar mucho en esa semana, pero su lugar en ese momento era junto a la mujer que le dio la vida.

-Entiendo Jungkook. Debes ir -dijiste tranquila-¿A qué hora sales?

-Debería estar saliendo ahora...

-¡Oh! -dijiste levantandote de la cama tapando tu desnudez - Vamos, date una ducha y sales -expresaste poniéndote un corpiño.

Jungkook se levantó, se fue al baño a ducharse mientras tú le preparabas el desayuno. Después él entró a la cocina ya vestido y perfumado, se sentó en una silla y le serviste el café dándole un beso en la mejilla.

-¿No hiciste ninguna maleta? -preguntaste untando mantequilla a una tostada. Él se tardo en contestar.

-Ehh, en la casa de mis padres tengo ya una habitación para mi con todo lo necesario -dijo tajante bebiendo su café.

-Aah... -emitiste mirándolo de reojo.

Luego de desayunar, fueron a la puerta y se dieron un montón de besos diferentes, pero todos llenos de amor. Jungkook sostuvo tu cara y te pidió que no lo extrañes demasiado.

-Me pides algo imposible -dijiste acariciando sus grandes manos

Te dió un beso en la frente de despedida y salió del apartamento.

Hibas a buscar tu bolso para salir del apartamento de Jungkook. Hibas a ir a tu casa para mirar películas y tratar de no extrañarlo tanto.

Agarraste las llaves y te dirigiste a la puerta, la abriste y viste a una mujer de tu edad a punto de tocar el timbre.

Era delgada y te cabello negro, vestía un conjunto blanco de encaje que aparentaba ser costoso y en la cabeza posaba un sombrero de playa del mismo color. Te miraba como si ella fuera superior a ti en cualquier aspecto. Te miró de arriba a abajo y abrió la boca exageradamente para hablar.

-¿Dónde está Jungkook? Se nos hace tarde.

-¿D-disculpe?

Ella simplemente entró al departamento como si fuera su casa.

-Debería de haber aparecido hace una hora -dijo resoplando

-Él salió hace un rato...

-Por su maldita culpa perderemos los pasajes de avión a Hawaii -te miró de reojo -¿Y tú quien eres? ¿La sirvienta?

-¿Qué? ¡No! Yo...

-Sabes qué, no me interesa.

La mujer de cabellera negra salió resonando sus tacones azules.

-Espera -le dijiste tomándola del hombro, ella lo retiró enseguida -Él se hiba a ir a Busan, para ir a ver a su madre enferma. -dijiste sin saber porqué.

-Esa vieja está más sana que yo -dijo retomando su caminata hacia la salida.

¿La madre de Jungkook nunca tuvo cáncer? Quién era esa mujer y porque lo buscaba tanto.

Ella ya había cruzado el umbral de la puerta y se encontraba en el pasillo.

-¿Qué es usted de Jungkook? -dijiste bastante alto.

Ella volteó y te miró con una sonrisa.

-Soy su esposa, cariño. -y salió.

Jungkook reɑcciones [EDITANDO] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora