Buscando Redimirme (Remilia x Oc)

Capítulo 4 "Dia de trabajo"

La luz solar, fuente de energia natural, abundante en toda parte del mundo. Esta poseía una gran variedad de utilidades, por ejemplo;llenar de iluminación un oscuro poblado, hacer que autos con paneles arranquen, servir como medio para el crecimiento de las plantas, etc.

Sin embargo, al tener muchas ventajas, no se libra de tener algunas contras. Ejemplo de esto seria cuando se acerca la noche, básicamente los aparatos que función con paneles quedaron inservibles, pues al tener esta fuente, perderían por completo su utilidad. Otro de estos problemas, es que su origen también puede afectarnos, pues estar expuesto por mucho tiempo, puede provocar enfermedades como el cáncer de piel.

Pero dejando de lado la clase de física, nuestro protagonista estaba actualmente sufriendo con uno de los mayores despertadores de la naturaleza, y no, no hablo del gallo. Si no el único y magnifico sol, con sus rayos capaces de atravesar cualquier objeto visiblemente transparente.

Si bien, la mayoría de habitaciones de la mansion no tenían ventanas y si las habia, eran cubiertas por una gruesa cortina. En este caso, al ser el huésped un simple humano, decidieron darle un simple cuarto. Cambiando de paso, las cortinas a unas mas finas.

Pero aunque los rayos del sol resultaran molestos y mas cuando te pegan en la cara, el pequeño pelinegro llevaba una expresión neutral mientras se levantaba y se sentaba por los costados de su cama.

Aun asi, se podía notar un pequeño gramo de felicidad notable en su pequeña sonrisa plasmada en su cara. La ultima vez que habia dormido asi, fue hace dos días, antes del ataque a su antiguo hogar. No cuenta, la de ayer pues no tenia la misma sensación, era diferente, ya que, ese dia marco un antes y un despues en la vida del chico de ojos azules.

Se quedo mirando el suelo por un par de minutos, pensando en todo lo que le habia pasado. Todavia no podía creer lo que le habia pasado, era como si todo hubiese pasado en tres pestañeos. El primero mostraba cuando se encontro con su familia muerta. El segundo cuando peleo contra la bestia. Y el tercero cuando se le habia dado un nuevo hogar.

De repente, los recuerdos se desvanecieron, por el sonido de la puerta de su habitación abriéndose y con ello, su sonrisa desapareció, seguido de estos, pequeños pasos aproximándose a su cama siguieron hasta que se detuvieron cuando llegaron al frente de su objetivo. Levantando la vista, el chico reconoció a la persona delante suya inmediatamente, pues su cabello plateado era difícil de olvidar.

-Sakuya

Su voz resonó por todo el lugar. No sabia porque habia venido, ni porque era ella la que habia venido. No sabia que, como sirvienta, sus deberes eran cuidar y ofrecer bienestar en los habitantes de esta. Sus conocimientos no se extendían mas allá de lo que es una simple familia, pues en su hogar, todos se trataban por igual. Incluso en las tiendes, los encargados, le daban un descanso a sus trabajadores cuando sea necesario.

La criada que estaba delante de él, le proporciono una sonrisa cálida y amable.

-Buenos días, Alone

Dejando de lado la confusión que lo atrapo, el chico también hizo aparecer su ya pequeña y habitual sonrisa y, le saludo.

-Buenos días... Sakuya

No sabia cuanto tiempo habia pasado desde que alguien habia venido a darle los buenos días. Antiguamente cuando se despertaba, su madre siempre estaba allí, con la misma sonrisa que le daba la chica actualmente delante de el. Sin embargo, luego de que su hermana mostrara sus habilidades y le empezaran a mostrar mucha mas atención a ella, dejo de buscarlo. Aun asi, no sintió rencor y siguió con su vida. Eso hasta ahora.

-¿Que tal dormiste anoche? - Pregunto mientras se acercaba al armario colocado cerca de la ventana de la sala.

-Fue... agradable - Contesto mientras se paraba.