Buscando Redimirme (Remilia x Oc)

Capítulos 18 "Luz y Oscuridad"

1 hora, 2 horas, 4 horas, 6 horas. No sabían desde cuándo estaban peleando, pero si sabían que ya se estaban cansando. No importaba cuántas veces lo destrozara o cuantas veces lo evaporizara, ellos volvían a aparecer en perfecto estado para continuar su asalto.

El cansancio era algo normal entre humanos, por lo que no era de sorprender que Charlotte y Youmu ya se sintieran así, más la primera ya que es más humano que la segunda. Remilia, Akari y Yuyuko también la estaban pasando mal, pues su poder mágico ya se agotaba y a pesar de que todavía ninguna bestia pudo tocarlas, sentían un dolor atroz en las manos, que comenzaba a temblarles. Esto fue más evidente en la kitsune que se había excedido desde antes y mucho más cuando generó una enorme barrera de fuego para evitar el puño oscuro del enorme monstruo negro.

Las bestias ni siquiera se inmutaron cuando enormes proyectiles rosados, parecidos a mariposas, cayeron desde el cielo atravesando a sus compañeros, ellos igualmente cargaron ya que daba igual lo que hagan, siempre aparecerían más. Por cada minuto que pasaba, estas criaturas al parecer se hacían más fuerte, y fue demostrado por su creciente aumento de velocidad, como de fuerza.

Lo que antes parecía ser una simple batalla campal, resultó en una batalla por hordas infinitas. Para desgracia de las chicas, la enorme criatura había sido duplicada, dándoles dobles problemas pues ninguna podía hacer nada para detenerlos, o bueno podían pero se regeneraban.

Y aún mientras peleaban, siempre había una pregunta en sus cabezas y era

-“Donde esta Alone”

La princesa fantasmal les había contado en medio de su batalla, que él había visto una especie de cabaña a la que se apresuró a entrar. Ella había volado hacia allí, pero no vio nada que pudiera parecer tal cosa, pues en su visión solo había nieve. Fue extraño ya que al momento de entrar al centro del terreno el chico desapareció sin dejar ningún rastro, casi como si se lo hubiese tragado la tierra. Era imposible detectar su poder, ya sea humano o yokai.

Dejaron de pensar en ello cuando el enorme puño, de la criatura de 7 metros, se abalanzó sobre Remilia y Yuyuko donde la primera utilizó su lanza ya invocada para bloquear el ataque mientras la segunda se alejaba y volaba hacia la cara de la criatura disparándole rayos rosados a sus ojos. Funcionó, pues al instante la criatura retrocedió cubriéndose los ojos. Ambas yokai aprovecharon esto y cargaron hacia el enemigo utilizando sus respectivas armas que lo atravesaron destruyendolo.

-Esto es - Jadeo la peli azul - Frustrante

-No importa lo que hagamos - Imito su acción - Ellos vuelven a reaparecer

Dicho y hecho por sus últimas palabras, la enorme criatura anteriormente muerta volvió a surgir de la nieve blanca.

-¡Hay que retirarnos! - Grito Charlotte mientras bloqueaba el ataque de una de las bestias con su katana y luego la empujaba hacia atrás solo para agacharse esquivando el garrazo de la misma pero al instante procediendo a apuñalarla en el estomago. Este solto un grito de dolor que calló cuando la peli plateada cortó su cabeza. Sin duda, ambas eran un buen equipo

-¡O pedir ayuda! - Youmu lo sabía perfectamente, “no te enfrentes a batallas que sabes que no puedes ganar”, era algo que se repetía siempre en la cabeza pues seria un suicidio no obedecerla. ¿De qué te sirve pelear por algo que sabes que está perdido? ¿Orgullo, honor, valentía? - ‘Ridiculo’ - Ella lo sabía muy bien, ya que eso no traería nada más que problemas y tristeza a sus seres más cercanos. Puede que ya esté muerta en cierta forma, pero eso no quiere decir que no le tenga miedo. El inframundo puede ser aterrador a veces.

Bloqueando otro ataque, la jardinera de Hakugyokurou apuñaló con su katana más larga la cabeza de la bestia matandola en el proceso mientras dejaba caer gotas de sangre y luego se desvanecía como polvo. Una segunda entro en escena, pero fue inmediatamente cortada por la katana de Youmu, que empezó a resolandeser con un aura verde. Charlotte trató de imitar a su amiga y compañera, pero justo cuando iba a terminar otra criatura salto sobre ella desviandola de su objetivo y obligándola a retroceder mientras esquivaba los ataques consecutivos que le arrojaban. Ahora si que fue difícil mantener el ritmo, pues como se dijo anteriormente, por cada segundo que pasaba parecía que estos yokai se volvían más fuertes, veloces e inteligentes. Esto último porque ya no atacaban abierta y adiestra mente, no ahora esperaban para ver el movimiento de sus enemigos, y ver el mejor momento para entrar en escena.