Capítulo 22 "Reencuentro"

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-Entonces, déjame hacer un resumen de la situación

-De acuerdo

-Desde hace media semana que te has transformado en kitsune y no puedes cambiar, ¿verdad?

-Si

-En el transcurso de ese tiempo has comenzado a tener nuevas “reacciones” ante actividades que por lo general podías hacerlas normalmente. Como por ejemplo, comer más carne que verduras, caminar a cuatro patas, dormir acurrucado tu cola, y mucho más, ¿correcto?

-…Si

-Tuviste dos inconvenientes grandes en esta semana que fueron. Primero, al no poder controlar tu cola esta se movía libremente, haciendo que hicieras caer por accidente algún que otro jarrón, o por el contrario, pegando a algún hada de la mansión.

-…¡Yo!

-Y en segunda, tus poderes comenzaron a liberarse sin tu consentimiento, provocando que los mismos quemaran algunos objetos que llevabas en la mano. Ejemplo de esto, es como actualmente estas quemando parte del pasto del jardín de Yukari-sama

-¡Ah! Lo siento, no fue mi intención

Soltando un suspiro, Yakumo Ran se encontró mirando al kitsune de orejas y cola negra con puntas blanca con una mirada de confusión. Ya había escuchado por parte de su ama que el niño tenía el poder de un yokai, o más específicamente, la energía de uno. Por supuesto que ella ya tenía una ligera idea sobre esto. Después de todo, la primera vez que se encontraron en la “Aldea humana” ya había logrado sentir algo fuera de lugar que vagaba en su interior, de hecho, recuerda que ese día mientras cocinaba se había quedado pensando en la extraña y familiar sensación que había sentido. Ahora sabía por qué

Aún así le resultaba algo curioso los colores que tenía. Tenia entendido que los kitsunes en su mayoría, eran de un color rojizo. También habían casos en los que eran amarillos como ella, e incluso vio otras especies que eran grises y marrón. Pero nunca una tan negra como la que estaba viendo ahora, aunque en las puntas recalcaba un brillante blanco que parecía compararse con el suyo.

Aunque lo más curioso de todo esto no era su color de pelaje, o los poderes que había mostrado, no, lo verdaderamente interesante era que el chico seguía siendo un humano. Un humano que tenía el poder de un Yokai, y que por lo tanto, tenía su energía como tal. En toda lo que llevaba de vida solo había conocido a unos cuantos Semi-yokai que fácilmente podían ser contandos con los dedos de una sola mano. Uno de estos era un comerciante al que recurría frecuentemente.

A pesar de todo esto, sintió una pequeña sensación de felicidad recorrer por su cuerpo, al conocer a otro kitsune en Gensokyo. Puede que sea mitad humano, pero eso no quiere decir que no lo vea como parte de su familia. Una familia de la cual ahora estaba completamente determinada a ayudar. Pero primero tenía que dejar de ahogar a Alone con sus colas que lo habían atrapado y atraído hacia ella para un fuerte abrazo. Solamente lo soltó, cuando escucho sus reclamos sobre aire.

-Lo siento por eso - Contesto mientras tosia para recuperar su postura profesional - Es solo que aparte de nosotros dos no existen otras especies de kitsune en Gensokyo

-Oh, ya veo - Bajo la cabeza para mostrar su disculpa ante la situación. Él pensaba que al existir tantas criaturas diferentes viviendo en este mundo, habría por lo al menos unas diez o más criaturas de cada tipo. Aunque al principio pensaba que el lugar era pequeño, la mención de tierras más allá de lo que se ve a simple vista, sirvió para hacerle entender que había más por lo que recorrer. El inframundo  era un claro ejemplo de esto, todavía podía recordar las escaleras que conducían a Hakugyokurou y mentalmente se preguntaba que había abajo.

Buscando Redimirme (Remilia x Oc) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora