Capítulo 11 "Sorpresas"

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El sol salia. Las nubes se asomaban. Los pajaros cantaban. Se iniciaba, la mañana.

Y con ella. la nieble surgio. La luz natural se esfumo. Las figuras blancas desaparecieron. Y los pajaros, simplemente ya no cantaron.

y mientras todo esto pasaba, en lo mas profundo de la mansion, en un cuarto bastante grande y, bastante detallado, se encontraba la dueña de la misma. Sus ojos rojos escarlata, miraron el te verde humeante que yacía en sus manos. Su reflejo en el liquido, mostraba una cara pensativa, llena de duda e incertidumbre. Y no es para menos.

Actualmente, dentro de su cabeza se estaba debatiendo entre sí debería ir a visitar a cierto pelinegro con ojos azules. Pero la pregunta es ¿Por qué no iba a verlo como siempre lo hacía? Una cosa que hay que aclarar, es que después de su encuentro inesperado por los pasillos de la mansion, y su charla en la biblioteca, ella casi siempre después del trabajo, iba a visitar a su sirviente.

Al principio, no sabía nada sobre él, y por lo tanto, las charlas que llegaban a hacer eran cortas e incómodas. Todavía podía recordar la primera vez que se habían reunido, básicamente se habían quedado en silencio, alrededor de unos 10 o 15  minutos, solamente con el sonido de los grillos que a veces paseaban por la Mansion.

No fue, hasta que un día se encontraron después de que Alone haya terminado su trabajo de jardinería, que empezarían a hablar más normalmente. Ese día, hablaron de las distintas plantas que había en el lugar y, de como algunas servirían para darle un aspecto más acogedor a la misma. Hasta le había recomendado distintos tipos de especies para su té. Una en especial, fue el té de manzanilla que le había preparado, cuando compro los ingredientes en una de sus idas por el mercado de la Aldea.

Ella estaba bastante segura de que fue uno de los mejores té que había probado en mucho tiempo. No es que Sakuya no fuera buena, ni nada por el estilo, si no es que se sentía como diferente. Era una sensación indescriptible, pero que a su vez no era malo, sino algo bueno, no, la mejor palabra para describirlo era reconfortante. Pero aún que por más que ella intentara replicar esa sensación sola, simplemente no podía. Incluso si lo hacia ella u otra persona, nunca podría volver a recrear ese delicioso aroma. Solamente él era capaz de lograr algo así.

Comprendió que había una historia de fondo, cuando cierta nostalgia recorrió su voz, a la vez que explicaba las cualidades del té de manzanilla. Sus ojos mostraron tristeza por unos segundos. Tristeza, que fue acompañada por una pequeña lágrima, casi imperciptible para la vista, pero no para la de ella, aunque decidió quedarse callada, si él quería hablar sobre ello, lo haría cuando él estuviera dispuesto.

Sin embargo, no era hora de pensar en ello. Asique volviendo al tema, todavía no sabía si ir a visitarlo o no, porque este era uno de sus dos días libres que tenía a la semana y, no quería molestarlo. Sabia perfectamente lo mucho que se concentraba en el trabajo, casi llegando al punto, en que las primeras veces ni siquiera se hablaba con los demás, y simplemente continuaba solo. A veces incluso, se le pasaba la hora y acababa haciendo más de lo normal.

No es que esto le molestara a ella, si no todo lo contrario. Él tener a alguien tan trabajador y obediente, era algo a lo que dar gracias. Sin embargo, esto a veces se podía volver algo monótono. Esta fue una de sus razones, por las cuales lo visitaba a menudo, evitarle el agotamiento que producía inconscientemente.

Ahora que lo pensaba mejor, capaz que actualmente se sentía aburrido, ya que conoce “casi‘’ todos los lugares de la mansión y no tiene nada por lo que seguir explorando. Así que tal vez, podría llevarlo a conocer nuevos lugares de Gensokyo que todavía no había visto. Solamente ellos dos, y nadie más, caminando por territorios desconocidos.

Buscando Redimirme (Remilia x Oc) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora