Día 3 (Mañana 1/3): Broncas everywhere

157 11 70
                                    

Una vez acabada la pelea de José María vs Ilario, este se fue a dormir, dejando a Ilario tirado en el asiento de la caravana. Mientras tanto, Chris y Miriam continuaron hablando un rato más. Hasta que Chris ya estaba bastante cansado y con ganas de dormir.

–Miriam... –dijo Chris desperezándose–. Tengo ya sueño, me voy a dormir –Chris se metió en su saco acurrucado y de nuevo se dirigió a Miriam–. ¿Qué vas a hacer? ¿Te vienes o te vas con tus amigas?

Miriam negó con la cabeza. 

–No tranquilo, me quedo contigo si no te importa. Aquí también cabrá Daniel cuando venga –Ella colocó el saco a su lado y se durmió junto a él. 

–Muchas gracias por quedarte conmigo –dijo dado la vuelta y con una voz entrecortada–. Y por escucharme –añadió. 

Miriam le sonrió–. No te preocupes. Buenas noches Chris. 

–Buenas noches. 

*Tienda de Jaime*

José María acababa de llegar tras aporrear a Ilario. Se tumbó en su saco y durmió plácidamente. Pero al poco tiempo Braulio volvió a despertarse y también se levantó Jaime. 

–¿Y ahora por qué te levantas? –dijo Jaime algo molesto.

–Hmm ¿te has traído la crema de tu madre?

–Eeee... creo que sí. La dejé en la caravana de Chloe. ¿Por?

–Me duele de nuevo el pecho – hizo una mueca de molestia.

–Perfecto. Sabes que vas a chillar como puta y vas a despertar al campamento ¿verdad?

–Puede ser, pero calma demasiado esa mierda. 

–Encima va al tío y le gusta. Bueno. Voy a por ella, quédate aquí. 

Jaime fue a la caravana en busca de la crema, cuando entró vio que la puerta estaba algo descolocada, con una bandeja partida por la mitad, el asiento de copiloto descolocado, y a Ilario tirado en el asiento de conductor. 

–Joder, ¿¡Qué cojones ha pasado aquí!? Bah da igual, voy a por la crema. 

Jaime miró en el cajón donde la dejó y no la encontraba. Buscaba por la caravana en busca de la crema, pero no apareció. En su lugar encontró unas llaves. Abrió la puerta por accidente pensando que allí no había nadie. Pero vio a Chloe completamente dormida por tanto pensó que no la molestaría.

–Uy, qué fresquita va. –se dio un bofetón–. No, Jaime, has venido a por la jodida crema. Concéntrate hijo de toda tu puta madre. 

 Miró por los cajones alrededor de la cama y en uno de ellos encontró la crema que había dejado en el cajón. 

–Joder, mucho no toquen mis cosas pero las de otros sí ¿no? –se dijo a sí mismo. Chloe se desperezó y esto hizo temblar a Jaime ligeramente. Ella abrió por un momento los ojos, los cerró y los volvió a abrir, manteniéndolos abiertos mirando fijamente a Jaime, que al percatarse de que fue descubierto iba corriendo por la puerta. 

–¡¡Oye!! ¿¡Qué coño haces!?

Jaime la miró al final de la puerta. 

–Coger mi crema, que te la has quedado –dijo a punto de cerrar la puerta. 

–¡Espera! ¡Ven!

La Acampada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora