Vegeta escapa de la prisión galáctica, convirtiéndose en uno de los más buscados por Freezer.
El encargado de encontrarlo es Kakaroto y su escuadrón Saiyajin.
Todos terminan en el planeta tierra. Uno del lado de la justicia y el otro huyendo de ella...
Vegeta perdió el sentido, se desplomó y cayó estrepitosamente al piso. Bulma y Kiabe fueron a asistirlo pero por mucho que suplicaron que volviera en sí, no obtuvieron respuesta.
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—No esperaba que todo terminara de está forma tan burda. Pero ya Vegeta no es un problema. Los dejaré en paz ya que sus miserables vidas no me interesan.
—¿¡Como pudiste atacarlo a traición!? Eres un ser despreciable.— gritó Bulma entre lágrimas.
—Le di la posibilidad de unirse a mi y la rechazó. Él sabía a lo que se enfrentaba y aún así prefirió salvarte a huir. Muy noble, pero le costó la vida.
—¡Esto no ha terminado!—sentenció Kiabe
—¿Estás reuniendo el ingenio que te falta, para formular algún tipo de plan? No te molestes están acabados.—respondió de forma burlona.
—Si algo me enseñó el señor Vegeta, fue a no rendirme jamás. A luchar por lo justo aún a costa de mí propia vida.
—Muy lindo discurso, pero aunque quisieras no serías un reto para mí, mejor vete a enterrar a Vegeta.
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—¡Te demostraré que estás equivocado y te derrotaré en nombre de mí maestro!
La pelea no se hizo esperar, Kiabe consiguió un poder que nunca antes había experimentado, producto de la furia por la muerte de su maestro. Y fue así que en pocos ataques pudo demostrar su supremacía.
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