¡𝗖𝗼𝗿𝗿𝗲, 𝗝𝗲𝗼𝗻! º 𝗞𝗼𝗼𝗸𝗠𝗶𝗻

12.

Jimin entró primero a su casa llevando sus manos a su boca.

— ¿Qué pasó hijo? — se acercaba con cierta preocupación su madre.

— Acabo de decirle a Jungkook que se joda — dijo.

— ¿Eh?

— Si, mamá, yo, no sé cómo sentirme — balbuceaba Jimin.

— A ver, primero que nada debes explicarme porque estás así — señaló su ropa — ve a cambiarte mientras pido que nos hagan café —.

— Si ma — rascó su nuca y se fue directo a la ducha.

°•°

Jungkook y Aile estaban cansadísimos, cabe recalcar que lo estaba más el mayor, pero todo había valido la pena.

— ¡Sabe muy rico! — festejaba la pequeña quién tenía la nariz con un poco de arroz.

— Lo sé, fue gracias a mi — se alabó el castaño pero al ver el enorme puchero de su hermana cambio de opinión — digo... Emhh, obviamente con su ayudante estrella —.

Los hermanos rieron a carcajadas, su comida fue a las siete de la tarde debido a su inconveniente, a la próxima haría algo más fácil de comer, tuvieron helado como cena, lo que dejó maravillada a la pequeña de ojos enormes, después de un buen maratón de películas el castaño subió a arropar a Aile.

— Descansa princesa — la niña asintió y Jungkook le dio un beso en la frente para después salir de su habitación.

Solo quería dormir, no sabía que el tener una discusión con Park sería algo agotador aunque en realidad lo que lo dejó en ese estado fueron las palabras últimas que el peli rubio le dedicó.

°•°

— Ok, yo, bueno, en realidad tu padre y yo teníamos entendido que te gustaba Jungkook pero no estábamos ni en lo mínimo enterados de tus cambios de actitud — decía la mujer mientras bebía entretenida su café.

— Me da vergüenza — contestaba Jimin comiendo galletas para evitar hablar claro — con él solo trataba de verme dulce y esas cosas pero ya, obviamente uno se cansa —.

— Lo entiendo pequeño — Minah era una persona demasiado cálida, ahora súmenle que su hijo estaba triste — ven aquí —.

Ambos se sentaron en la bonita alfombra que decoraba su sala de estar y Jimin abrazo a su mamá.

— Quisiera ser alguien diferente — susurró Park dejando caer algunas lágrimas traicioneras.

— No digas eso ni de broma Park Jimin — contestaba la Señora acariciando con amor el cabello de su bebé — eres especial en mil formas, así que por favor no desees algo de esa magnitud, ¿qué haría yo sin mi preciosura de hijo? Si fueras diferente serías feo —.

Soltaron unas risas.

— Te amo mamá — dijo el peli rubio.

— Y yo a ti — sonrió Minah — ah, ni creas que se me olvidó porque venías todo mugroso ehh...

Y Jimin suspiró.

— Es algo más largo que lo de Jungkook, espero que no te enojes y mucho menos entres en pánico —.

La Señora Park lo miró entrecerrando los ojos.