37. .::<Aprendiendo a bailar>::.

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Jungkook saltó para rematar el balón con fuerza y reclamar su victoria.

Era el tercer partido consecutivo en el que ganaban, Taehyung gritó de felicidad pues al cuarto tenían la posibilidad de irse a las nacionales.

— ¡Chicos acérquense! — habló su entrenador — sé que el partido que viene es en un mes, así que les daré una semana y media para que descansen, después de eso, todos ustedes deben quemarse bajo el sol por el entrenamiento, ¿bien?

— Bien — hablaron todos al unísono.

— Buen trabajo, son unos campeones — el entrenador palmeó la espalda de su chicos y pronto todos se fueron a sus casas.

A excepción de Jungkook, él tenía planes, iba a visitar a su pequeño peli rubio a la Academia que acababa de abrir.
Si bien, llevaba unos siete meses en funcionamiento pero Jimin ya tenía un montón de niñas y niños a su disposición.

Compró un ramo de rosas rojas y en el centro una blanca, subió con paciencia los escalones y sonrió demasiado cuando escuchó la voz de su novio dando instrucciones.

— Cinco, seis, siete, ocho... — Jungkook llegó al salón y un montón de personitas intentaban seguir los pasos de su maestro.

Precioso, por cierto.

— ¡Muy bien! — sonreía Jimin al espejo.

Jungkook entonces tomo asiento en uno de los sofás que se encontraban, había algunas mamás ahí también cuidando de sus hijos.

El castaño solo podía concentrar la mirada en ese diminuto cuerpo que se movía como una pluma en el viento, joder, ¿cómo Jimin pudo ocultar su baile durante tanto tiempo?

Cómo si sus corazones se hablaran Park giró el rostro y se sonrojo al ver a Jungkook, a veces le daba mucha pena que lo viera en medias rosas y su payasito negro, giró de nuevo para ver la hora en un pequeño tablero sobre los espejos, eran diez para las siete así que decidió dar por concluida la clase, solo porque Jungkook había vuelto.

— Nos vemos mañana, no se les olvide repasar y a todos — señaló con su dedo — los quiero con ballerinas, si no las traen les pondré a estirar en la pared —.

— ¡Noooooo! — chillaban los niños al unísono. Jimin rio y se despidió de todos.

Jungkook se levantó y fue al encuentro de su peli rubio.

— Hola tú — lo tomó de la cadera y depositó un beso en su frente pues aún había algunos niños cambiando su ropa.

— Hola Jeon — contestó Jimin feliz — ¿Cómo estuvo tu partido? — llevo sus manos alrededor de su cuello y lo observó a los ojos, amaba ser hipnotizado.

— Esta vez mi remate fue el ganador — dijo orgulloso.

— Tus remates siempre lo son — para ese rato la Academia se encontraba en absoluto sola — estoy feliz por ti amor —.

— Yo estoy feliz de ver tu rostro, esto de tener cada quien sus cosas qué hacer me quita tiempo de calidad contigo, pero sabes que te amo, ¿verdad?

— Si, sabes que yo te amo un infinito más, ¿verdad? — Jimin acercó su rostro al de Jungkook y lo besó con suavidad, quería disfrutar ese bonito instante.

Ambos vivían juntos pero si acaso solo podían verse unas dos veces a la semana pues Jungkook se la pasaba viajando y Jimin no paraba de dar clases.

— Jimin... ¿seguro no quieres contratar a alguien para que te ayude aquí en la Academia? — preguntó Jungkook sobando con cariño su espalda hasta que su mano dio un pequeño apretón en su trasero.

¡𝗖𝗼𝗿𝗿𝗲, 𝗝𝗲𝗼𝗻! º 𝗞𝗼𝗼𝗸𝗠𝗶𝗻Where stories live. Discover now