¡𝗖𝗼𝗿𝗿𝗲, 𝗝𝗲𝗼𝗻! º 𝗞𝗼𝗼𝗸𝗠𝗶𝗻

19.

Justo estaban subiendo cuando una canción de balada resonó.

— Kookiee~ — hablaba entre balbuceos Jimin — esa es nuestra canción...

Jungkook escuchó atento y la voz de una chica entraba y salía de sus oídos.

— ¿Paper hearts? — sonrió de lado el castaño.

— Sip — contestó y ambos entraron a la habitación — sostendré tu pedazo de papel — dijo algo perdido Jimin, cambiando su expresión a una melancólica.

El más bajo se sentó en la cama y Jungkook se hincó frente a él. Con mucho cuidado Jimin llevó sus manos temblorosas alrededor de la cara de Jeon, acariciando delicadamente. 

— Jimin — habló tranquilo Jungkook aunque por dentro estaba muy nervioso, todo este tiempo evitaba al peli rubio y ahora se encontraban así, solos en una habitación — duerme un poco —.

— No quiero — decía — porque si lo hago tu mañana no estarás y eso duele —.

El peli rubio tenía un buen punto. Así que Jeon dejó ser tocado por las suaves manos de Jimin, este lo miraba con devoción y soltaba diminutas sonrisas. 

Jungkook también se permitió observar mejor a Jimin, era realmente tierno, sus facciones, sus ojos color avellana, su nariz, sus mejillas, sus labios.  ¿Por qué su corazón estaba tan acelerado?
Park detuvo sus caricias y entonces sus miradas conectaron y el más alto tragó en seco.

— Tienes los ojos más bonitos del mundo Jungkook — susurró Jimin y luego sonrió — cada que te veo no encuentro nada mal en ti, eres jodidamente perfecto, me gustas, me gustas mucho —.

A Jungkook le dio un paro cardiaco. Él sabía del amor que Jimin sentía pero nunca lo había escuchado decírselo y eso fue como un disparo y ese disparo fue de su agrado.

— Solo duerme Jimin — las manos de Jeon picaban por tocar también su bonita cara y lo hizo, percatándose de la reacción que tuvo el peli rubio. 

Sonrieron.

— Q-Quiero — Park cerró los ojos y se acercó a Jungkook. 

NO JUNGKOOK.

JIMIN NO ESTÁ EN SU SANO JUICIO.

ALÉJATE.

LE HARÁS DAÑO.

Eran algunas frases que su parte razonable le advertía, pero al diablo eso, Jungkook de un tiempo para acá dejó de obedecer ese lado.

Colocó sus manos en la nuca del peli rubio y sintió su aliento, olía a whisky de limón con miel, la respiración del contrario se agitó y rompió la distancia.

Se estaban besando.

Jungkook correspondió casi de inmediato, sintiendo los suaves belfos del pequeño, también eran dulces, eran esponjosos y por Dios que estaba encantado.
Profundizo el beso al lamer su labio inferior, dejando colar su lengua y encontrar la de Jimin, este soltó un diminuto gemido y Jungkook no se resistió. 

Mordió con delicadeza. Y con algo de auto control se separó lentamente.

— Duerme Jimin — el nombrado algo aturdido lo abrazó.

— Quisiera odiarte — arrastró esas palabras — pero también quisiera que me vieras como yo a ti —.

Jungkook apretó la pequeña espalda de Park con sus brazos y no dijo nada, a los minutos oyó su respiración tranquilizarse.