— Mamá me gusta éste. — Dije mientras levantaba un vestido negro con brillos, las mangas llegaban hasta el codo pero tenía una abertura en el escote. Ella se quedó mirándolo mientras sujetaba uno gris de lentejuelas.
—Prefiero el gris. — Lo agitó y yo resoplé.
—Si me lo voy a poner yo, me tendrá que gustar a mi.
Ella pareció rendirse y lo dejó junto a los demás mientras caminábamos hacia la caja. Malditos preparativos de fin de año. La tienda estaba abarrotada de gente desesperada buscando ropa para la fiesta y regalos de último momento. El móvil me sonó justo antes de pagar y le hice una señal de que la esperaba fuera.
— ¿Martha?
— ¿Que planes tienes estos días?
— Pues mañana he quedado con una amiga y ya hasta el 31 que voy a cenar con mi familia no hago nada. ¿Y tú?
—Estoy preparando una macrofiesta que quieren dar los chicos para la noche del 31. Estás oficialmente invitada, puedo decirle a Jacob que vaya a recogerte después de las uvas.
— ¿Enserio ? — Me apoyé en la pared y pensé durante unos segundos. — La última fiesta no fue muy bien Martha.
Habían pasado varios días y mi brazo ya estaba casi curado, apenas se notaban varias cicatrices. Sabía que estaba haciendo más drama del que debía pero no lo podía evitar. Ella suspiró y dio una orden a alguien cerca no a ella.
— Esta vez será mejor, de verdad. Además me hace ilusión que conozcas a la banda, es muy difícil vernos a todos juntos.
— ¿La banda? — No entendí a qué se refería, ella nunca los había mencionado. Volvió a dar una orden y se le notaba algo exasperada.
— Mis amigos, y los de los Rodríguez claro. Te caerán bien, estoy segura.
Rodé los ojos y ordené un poco mis pensamientos. Quería pasármelo bien, sólo tenía que controlar la bebida y evitar enfrentamientos con David. Mi madre salió con la bolsa del vestido y se puso a mi lado.
— Está bien, tú ganas. Que Jacob me recoja pasada la media noche. — No la estaba viendo pero sabía que sonreía. Mi madre frunció el ceño. Me despedí rápido y colgué para enfrentarme al interrogatorio.
— ¿Quién era?
—Martha.
— ¿A dónde vas a media noche?
Cruzamos la calle para volver a la casa, estaba muerta de hambre. Era un día soleado y se agradecía en pleno invierno. Me aparté el pelo de la cara y le seguí el paso a mi madre.
—Es para la noche de fin de año. Martha hace una fiesta en su casa y me ha invitado. — Dije quitándole importancia. Ella me miró mientras abría la puerta de casa y soltaba la bolsa en la isla de la cocina. Mi padre estaba sentado allí leyendo el periódico. Sonrió al vernos y se levantó.
— Tu hija quiere ir a una fiesta para fin de año. ¿Qué dices?
Mi padre se apoyó en la isla y yo suspiré frustrada. — Todo el mundo sale ese día. — Él me miró a mi y asintió, mi primer impulso fue ir a abrazarlo. Yo todavía no era mayor de edad en este estado pero mis padres me daban más libertad que a muchas de las adolescentes que conocía.
—Gracias.
Corrí hasta la habitación con la bolsa y saqué el vestido para colgarlo. El móvil vibró en mi bolsillo y lo abrí.
El grupo:
Martha te añadió.
Chris: Lydia me alegro de que vengas a la fiesta. Trae tu mejor vestido. xx
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Los trillizos R
RandomUn historia demasiado cliché. ¿Qué pasaría si una chica normal y corriente que tiene como hobbie leer se encontrase en la vida real a unos trillizos guapos, ricos y diferentes? Man, David y Christian son tres hermanos muy diferentes pero muy unidos...