Capítulo 24 - Soy tonta

54 3 1
                                    

Me alegraba que mis padres no hiciesen caso a ese tipo de noticias porque sería muy difícil de explicar cómo acabé teniendo relación con los hermanos Rodríguez. Llevaba más de una semana sin ver a ninguno de ellos, Martha había venido una vez a casa pero no hablamos del tema.

—¿Vas a salir? — Asentí mientras pintaba mis labios de un color nude, mi madre salió de la habitación y aproveché para enviar un mensaje a Man.

Lydia: Habéis salido ya???

Man: A Martha le quedan 2 minutos, Jacob ha ido a por ti, nos vemos allí :)

Cogí mi bolso a toda prisa, me eché un último vistazo para alisar el vestido negro de mangas transparentes que había escogido para ese día, me despedí de mis padres avisándoles de que dormía con Martha y salí corriendo para esperar a Jacob donde siempre.

— Buenas noches señorita Lydia.

Subí al coche devolviéndole el saludo y le agradecí cuando puso la calefacción.

—El señor Man me ha mandado y me ha pedido que te diga en palabras textuales que si Martha no tardase mil años en prepararse ellos podrían haber venido y que lo siente.

Sonreí divertida con el mensaje y puse la radio ya sin pedirle permiso, Jacob también sonrió pero cuando se dio cuenta de que estaba mirándole volvió a su pose de trabajo serio. Llegamos pronto al club y  me puse nerviosa pensando en los sucesos que ocurrieron las últimas veces, mi pelea con David, los besos...

—Tenga mucho cuidado señorita Lydia, y no dude en llamarme si necesita ayuda. 

—Gracias Jacob, eres muy buena persona.

Salí del coche y busqué la entrada Vip donde se suponía que Man y Martha iban a estar esperándome pero mi sorpresa fue más grande al ver que junto a ellos estaban David, Chris, Marcus y dos chicas más.

— ¡Por fin! — Gritó Martha y se acercó a darme un abrazo aunque aprovechó para susurrarme al oído. — Gracias por salvarme de este infierno. 

No entendí a que se refería, saludé a Man y a Chris con abrazos y me acerqué a las dos chicas que eran lo contrario a mi. Las dos eran guapas, altas, con buen cuerpo y unos ojos perfectos. Les sonreí con simpatía antes de presentarme.

—Soy Lydia, encantada. 

Las dos se miraron entre sí y una de ellas me estrechó la mano con una mueca que no supe interpretar. — Ah si, la prostituta de las noticias. Yo soy Amy y ella es Jenn.

No vi mi cara en ese momento pero tuvo que ser asombrosa porque Martha se acercó a mi en modo protección poniendo su mejor cara de enfado.

—¿Prostituta?

—Bueno, como saliste de un hotel de lujo de estar con un chico rico, y luego otro... Lo mencionaron en las noticias y yo me lo creí. — Se excusó pero vi como la sonrisa le bailaba en los labios. De repente me sentí muy mal conmigo misma, y peor aún cuando vi que la tal Amy que había hablado se acercó a David y le acarició el brazo.

Las dos chicas y él avanzaron hasta la puerta y Man aprovechó para silbar fuerte, lo suficiente para que David se girase. Éste se acercó solo y a paso rápido. —¿Qué pasa?

—Que sea la última vez que permites que tus amigas le falten al respeto a nuestra familia.

—¿Nuestra familia?

—Lydia, Chris o Martha, cualquiera de ellos son nuestra familia y no voy a permitir ninguna tontería. — Sentenció. David pareció asombrado y fue la primera vez que noté su mirada sobre la mía.

Los trillizos RDonde viven las historias. Descúbrelo ahora