Cuando Chuuya despertó, no notó ni lo tarde que era ni que el sol ya estaba bastante alto. Ni siquiera notó el dolor que siempre seguía tras usar Corrupción, puesto que no se le iba en, al menos, medio mes.
No notó nada de eso, porque cuando abrió los ojos, se encontró de frente con las conocidas vendas que tapaban la mitad del cuello de Dazai. Sentía en su nariz el tacto de su piel, y estaban tan cerca que podía oler su aroma, ese que era una mezcla entre pólvora, sangre y antisépticos.
Sintió los finos cabellos de su nuca erizándose mientras su rostro adquiría temperatura. Su mano estaba aferrada a la ropa que su compañero llevaba puesta y sus piernas habían quedado entrelazadas. Podía sentir el pecho de Dazai subiendo y bajando con lentitud, también escuchar su tranquila respiración, acompañada con el tictaquear del reloj, por encima suya. Además, el brazo del castaño estaba aferrándose fuertemente a él, como si no quisiese dejarle ir.
¿Qué demonios era eso? ¿Una escena de película romántica barata?
Puso las manos en el pecho de Dazai para intentar impulsarse hacia atrás y zafarse de su agarre. Ganó unos centímetros, los suficientes para ver el rostro de Dazai como nunca antes lo había visto.
Normalmente, con su movimiento ya se habría despertado, pero sus ojos marrones no se abrieron. La venda que le tapaba uno de ellos se había deshecho, permitiéndole ver su otro ojo cerrado. Contuvo la respiración como si el simple sonido del aire entrando y saliendo por sus pulmones pudiese despertarlo.
Tenía que admitir que se veía muy bien de esa manera, sereno. Al igual que pensó en la enfermería, Dazai pocas veces se veía tan relajado, pero mientras antes estaba en ligera tensión, ahora todas sus preocupaciones parecían haberse desvanecido por completo.
Alzó la mano y le retiró un mechón de cabello castaño. El simple roce de sus dedos y del cabello contra su rostro pareció ser suficiente para que Dazai abriese los ojos, pero no de manera repentina como lo hizo en la enfermería, sino lentamente, casi con pesadez.
—¿Chuuya? —preguntó, y el pelirrojo no se atrevió ni a mover la mano de donde estaba, habiendo sido pillado in fraganti.
—¿Hola? —fue lo primero que se le ocurrió.
Dazai no parecía ubicarse demasiado bien todavía, y Chuuya aprovechó para apartarse lo suficiente de él. Por poco no se cayó de la cama, y eso fue gracias a su habilidad.
—¡Mierda, es tarde! —dijo al mirar el reloj, que casi marcaba el mediodía.
De un salto, se puso en pie en el suelo y se dirigió con rapidez al armario. Dazai reía mientras le observaba, aumentando el enfado de Chuuya gradualmente.
—¿¡De qué te ríes, idiota?! —gritó, con sus brazos ocupados por una camisa y unos pantalones.
—Tu armario, es tan... colorido —dijo con ironía.
—Como si el tuyo fuese el arcoiris.
—Por lo menos tengo más variedad.
Chuuya decidió que no tenía tiempo para esa clase de discusión, y se metió en el baño, dándose una ducha rápida y poniéndose la ropa casi sin secarse. Por supuesto, el pelo no pudo ni tocarlo, porque se hubiese demorado demasiado, y decidió que más tarde, cuando tuviese tiempo, se ocuparía de él.
Se lavó los dientes y se peinó lo más rápido que pudo, mirando su reloj de pulsera. Ya pasaba el mediodía, y él seguía ahí.
No sabía si le daría tiempo físico a estar en el puerto de Yokohama a las doce y media como siguiera a ese paso, y tenía que reunirse con uno de los proveedores de armas. ¿Cómo demonios había podido quedarse dormido?
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𝗡𝗈𝗍 𝗠𝗈𝗋𝖾 𝗡𝗂𝗀𝗁𝗍𝗆𝖺𝗋𝖾𝗌
Fanfiction[𝙻𝚘𝚗𝚐-𝚏𝚒𝚌] [𝙲𝚊𝚗𝚘𝚗𝚟𝚎𝚛𝚜𝚎] [𝙼𝚊𝚗𝚐𝚊 𝚂𝚙𝚘𝚒𝚕𝚎𝚛𝚜] ✨ » Escrito antes de la salida de "Stormbringer", por tanto puede haber contradicciones. ✨ Las pesadillas eran bastante recurrentes entre los sueños de Chuuya, pero cuando sus p...