Capítulo 10

1.1K 93 10
                                    

En el capítulo anterior:

C: No te preocupes Susana que yo le puedo cocinar a mi marido — agarrando más fuerte a Federico del brazo.

Su: Si no lo haz hecho hasta ahora no veo por qué tendrías que comenzar a hacerlo, yo estaría feliz de cocinarle a mi Fede o ¿apoco no cocino bien Fede?

F: Bastante bien para ser realistas.

Seguimos:

C: Pues no te preocupes que yo le puedo cocinar a mi marido sin problema.

S: Pues si no le cocinas tu la verdad no le hayo el problema.

C: Pues que no tiene porque venir alguien que no sea yo a cocinarle a MI MARIDO — bastante alterada.

F: Bueno, ya estuvo bueno y se me callan las dos que para eso no estamos aquí, déjennos comer en paz — la verdad estaba muy sorprendido con la actitud de las dos, no entendía por qué Cristina se comportaba de esa manera.

Paso la comida lo más tranquila que se pudo entre pláticas pequeñas y miradas venenosas de parte de Cristina y Susana.

Luego pasaron a la sala para platicar un poco y en eso se levanta Cristina.

C: Bueno yo me retiro, ¿Federico vienes con migo?

F: En una hora subo, ve tranquila.

Cristina subió a su ahora habitación, se dio una ducha, se labo la boca y se acostó a esperar a su marido; luego de unos 10 minutos entró Federico y ella se hizo la dormida lo cual él se fue a bañar y alistarse para dormir y como según él ella estaba dormida en cuanto se acostó la rodio con sus brazos y con su mano derecha le tocaba su pancita cosa que a ella le encantó, esa sensación para dormir le fascinó a pesar de que no lo fuera a reconocer y así se quedaron dormidos hasta la mañana siguiente.

El sol ya se colaba por las ventanas y dejaba a la vista dos cuerpos abrazos de cucharita profundamente dormidos. Eran las 7 de la mañana y Federico se tenía que ir a trabajar (tenía dos empresas, una en Villa Hermosa y otra de la cual ya les contaré más adelante las cuales se dedicaban a la producción de derivados de la leche la cual salía mayormente de la hacienda ojo de agua ya que es una hacienda dedicada a la ganadería ) a pesar de que era su empresa no podía llegar tarde así que se levantó con mucho cuidado y se alistó para irse a la Procesadora Ferrer.

<Procesadora Ferrer>

F: Buenos días Lucí (su secretaria, una señora de aproximadamente 55 años)

L: Buenos días joven Federico,¿como amaneció?

F: De maravilla Lucí, gracias me traes todos mis pendientes por favor — entrando a su oficina.

<Hacienda ojo de agua>

Eran las 8 de la mañana y Cristina seguía profundamente dormida hasta que se movió en la cama y no encontró a su esposo.

C: ¿Federico? — levantándose de la cama — ¿Federico estas aquí? — lo busco por toda la habitación pero no lo encontró así que se alistó y bajó, en cuanto vio a Candelaria le preguntó.

C: Cande,buenos días ¿sabes donde está Federico?

Ca: Buenos días niña, él está en su trabajo.

C: ¿Trabajo? — algo confundida.

Ca: Sí señora, nada más que en estos 3 meses no había ido a su trabajo ya que quería estar tiempo con usted y tratar de llevar una relación más estable, pero.. — se dio cuenta de que iba a meter la pata así que prefirió callarse.

Del odio al amor hay solo un paso F&C.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora