Capítulo 21

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Cristina no dijo más nada, tan sólo soltó un murmullo de lamento, sentía que se asfixiaba en ese lugar, sin esperar más se giró saliendo así corriendo lo más rápido que podía con su barriga mientras una de sus manos cubría su boca tratando de callar los sollozos que salían de la misma pero aún así sin poder contenerlos al igual que unas incontenibles lagrimas, para ella Federico la estaba traicionando y todo este tiempo en el que habían estado juntos solo había jugado con ella, luego de bajar por el ascensor salió corriendo de la empresa sin importarle el escuchar detrás de ella aunque un poco lejos aún puesto que salió corriendo detrás de ella y al no llegar a tiempo para alcanzarla en el ascensor le tocó bajar lo más rápido posible por las escaleras mas no pudo alcanzarla a tiempo, Cristina en su desesperación se tiró a la calle sin noción de lo que estaba haciendo ni menos donde estaba, su mente estaba nublada con el único pensamiento del engaño de su marido hasta que..

F: ¡CRISTINA! ¡NOO! — gritó horrorizado.

Pero ese gutural baladro no fue suficiente para que el horrible accidente fuera solo fuente de la imaginación, Federico vio como un auto que gracias al conductor que literalmente se paró en los frenos cuando visualizó a aquella mujer de frente a su coche bajando así un poco la velocidad mas no pudiendo evitar tan horrible accidente, ver como Cristina giraba rápidamente sobre aquel vehículo y luego aterrizar de espaldas al padimento no fue lo mejor de su día por mucho, solo pudo correr por ella, no la tomó en sus brazos por miedo que al moverla algo pasara, solo rompió en llanto como nunca en su vida mientras le agarraba con fuerza la mano a la que amaba y le aclamaba que no se fuera de su lado, no supo quién ni cuando llamaron a una ambulancia pero está llegó en menos de diez minutos puesto que venía en su máxima velocidad y el centro médico no se encontraba tan largo del lugar, Federico no fue conciente de cómo subieron a Cristina en la ambulancia y menos de cuando llegaron al hospital, solo que ya estaba en una sala de espera dando vueltas como un loco porque no salían a darle razón de su esposa, pasados unos minutos vio entrar a un exaltado Fabián a la sala de espera mientras se dirigía hacia donde él se encontraba.

Pasaron al rededor dos horas y Federico ya estaba completamente desesperado, había pasado mucho tiempo y nadie le daba razones de su esposa, de su Cristina y eso lo tenía al borde de la locura y más aún saber que su marchito estaba al borde de la muerte, pasados unos minutos salió un médico alto, de contextura delgada, facciones veteranas y gesto cansado a darle razones de Cristina, al cual Federico abordó desesperado.

F: Dígame que mi esposa y nuestro hijo están bien — exclamó mientras se le abalanzaba al galeno en busca de información y explicaciones.

Dc: Los dos se encuantran estables, aunque me temo decirle que esto no significa que están fuera de riesgo, hicimos un ultrasonido a la señora y logramos encontrar pulso por lo cuál el feto se encuentra con vida aunque está débil y su esposa también, ahora cuenta con un embarazo de alto riesgo más que todo por un desprendimiento considerable en la placenta por el fuerte impacto y en lo que respecta a ella se golpeó el cráneo por lo cual esperaremos hasta que despierte para ver como reacciona, si eso le provocará algún problema o fue nada más un golpe el cual no pasará a más — explicó el galeno a un Federico bastante preocupado.

F: Pero por eso no se van a morir ¿? — interrogó al borde de un colapso.

Dc: Lo más probable es que no, pero como médico no puedo dar una respuesta concreta puesto que todo podría ocurrir.

F: ¿Puedo pasar a verla? — lo necesitaba, ocupaba mirarla y saber que estaba bien, si no no lo iba a soportar.

Dc: Por supuesto, aún la señora no a despertado así que la verá dormida — explicó mientras comenzaba a caminar camino a la habitación en la cual dejó a Federico en la puerta.

Del odio al amor hay solo un paso F&C.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora