POV Narradora
Hubo un silencio por cinco minutos hasta que el de ojos rubíes comenzó a carcajearse.
—¡Estás de coña!— gritó este soltado una risotada que resonó por todo el lugar.— ¡No puedo creerlo! ¡Esto está para una película! Ya puedo ver el título: "Risitos de oro salva a hermosa princesa".—dijo este alzando sus brazos y haciendo como que señalaba algo.
—No es coña... S-Sufrió suficiente.
"No, Golden..."
—¡Bien! ¡Si así lo deseas!— gritó el azabache alzando las cejas entusiasmado. Hace mucho que no golpeaba a la rubia complejo de Ken.
Este se colocó en el lugar de Freddy de espaldas, el azabache ni siquiera se molestó en atar al rubio ya que sabía que este no se soltaría.
"Esto se está saliendo de control..."
El azabache estaba alzando su brazo junto con el látigo para darle el primer latigazo al rubio, pero una mano temblorosa y llena de sangre se alzó.
—¡NO!— gritó el castaño cubierto de sangre y respirando pesadamente. Su garganta poco a poco dejaba de doler ya que los latigazos y ese nuevo ardor hacía que no pensara tanto en su garganta y cuerdas vocales destrozadas.— No, Golden...
Golden sentía un nudo en su garganta. Ese chico es muy valiente.
—¿Es en serio?— preguntó el azabache con una sonrisa burlona.— No puedo creerlo, creo que estoy a punto de soltar una lágrima de toda esta ridiculez... Freddy, no me vengas con la estupidez de que sientes lástima por este chico.— suplicó este seguido de una carcajada.— Esto de verdad esta para escribirse y leerlo una y otra vez mientras abrazas a tu pareja y susurrarle un "Te amo".— Cuando esa palabra salió de la boca del azabache, Freddy deseó nunca jamás volver a escuchar esa palabra, ahora la odiaba.
—Y-Yo... Y-Yo puedo...— declaró el castaño alzando la barbilla, como pudo, mirando retador al azabache para luego sonreír.
"Parece que el cinismo se contagia."— Pensó Freddy manteniendo su sonrisa.
Fred estaba perplejo... Cada segundo que pasaba con ese castaño, cada vez le encantaba más.
—Oh, Corderito, mi reina...— dijo este soltando el látigo y empezar a caminar rápidamente hacia el castaño y abrazarlo.
Este por el repentino acto gimió de dolor ya que el azabache lo abrazaba demasiado fuerte, sintiendo como las heridas de hace unos segundos avivaban el ardor que comenzaba a desaparecer.
"Maldito hijo de puta..."
Luego, el azabache se separó ligeramente de él para acunar el rostro del de ojos azules entre sus manos para contemplarlo.
"No tengas miedo, no tengas miedo, no tengas miedo..."
El castaño volvió a sonreír haciendo que el azabache juntara sus labios con los de el hebras castañas.
El castaño se quedó quieto mientras que el azabache movía sus labios.
Freddy no supo que fue peor: Que Fred lo hubiera besado, o que el le hubiera seguido el beso.
"¿Crees que eres el único que puede jugar sucio? Bienvenido a nuestro juego, Alfred"