Yo he visto esos ojos antes

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Abrí la puerta para entrar y no había nadie, eso me sorprendió pues creí que había visto a la chica entrar. Sospeché que se estaba escondiendo, así que salí de ahí y esperé en la puerta. Un minuto después me dí cuenta de que estaba en lo correcto, porque la chica abrió la puerta buscándome.

Ben: ¡Aquí estás!

En mi cabeza todo se veía diferente, creí que algo bueno pasaría, cualquier cosa, pero que sería buena, y estaba terriblemente equivocado, la chica se cayó del susto, ya que trató de retroceder y al hacerlo se resbaló por el agua que habíamos dejado como rastro de nuestra entrada. No alcancé a tomarla del brazo así que no ayudé en nada.

Aalis: ¡Auch! - se había lastimado el trasero y los codos.

Ben: ¡Lo siento! - me inqué y revisé todo su cuerpo para saber si tenía alguna fractura. Noté que la chica estaba un poco incómoda y avergonzada, y con mucha razón, un chico que no conocía la acababa de manosear.

Aalis: Estoy bien, no te preocupes...Sólo me duelen los codos - me quitó las manos de sus piernas cuidadosamente.

Levantó su rostro y observé sus ojos...Eran sumamente hermosos, y sentía que ya los había visto antes.

La chica se trató de levantar muy avergonzada pero al parecer aún le dolía su pierna por el golpe que recibió y en el intento se volvió a resbalar.

Me preocupé e hice que se tranquilizara para recostarla.

Ben: Tranquila, pequeña - dije eso y sus ojos se clavaron en mí, me asusté un poco porque creí que la había hecho enojar, pero no me transmitió eso - ¿Estás bien? - asintió con la cabeza y se recostó.

Aalis: ¿Así estoy bien? - asentí y sonreí ampliamente por su confianza y la ternura con la que dijo esas palabras.

Ben: No te haré daño, ¿sí?...Mi mamá me revisaba enteramente siempre que me pasaba esto...Solo precionaré los lugares para ver si duele y si es así te llevaré de inmediato al hospital - asintió y sonrió levemente.

Después de haber revisado bien todo, pude notar que ya se había pasado el dolor de todo su cuerpo, no había ningún moretón y todo estaba bien.

Aalis: Gracias, me siento completamente bien - se sentó para levantarse pero la detuve rápidamente.

Ben: Permíteme - me puse en una posición segura y la tomé en mis brazos, ella se asustó y creyó que nos caeríamos - listo - me levanté y la llevé hacia los asientos - ¡Y llegamos! - sonrió y me soltó.

Aalis: Gracias - me di cuenta de que era muy sonriente y que esa sonrisa me comenzaba a poner tonto. Al parecer esa podría ser su arma para atraer a los chicos.

Ben: De verdad lo siento - me senté a su lado y la miré a los ojos.

Aalis: No te preocupes, no fue tu intención - se rascó la cabeza y rió.

Ben: A propósito...¿Dónde estabas cuando entré? - dejó de sonreír.

Aalis: No quería que me vieras empapada y que descubrieras que te estaba viendo practicar - bajó su mirada un poco apenada.

Ben: Pues sabes, a mí me encanta que me observes - se sorprendió, sabía que la había descubierto.

Aalis: ¿Me has visto antes? - sonreí y asentí.

Ben: Un par de veces - me acerqué a ella.

Aalis: Que vergüenza - se cubrió el rostro con sus manos - lamento haberte incomodado.

Negué con la cabeza rápidamente y le quité las manos de su rostro e hice que me viera a los ojos.

Ben: Como dije, me encanta que me veas...Tus ojos son hermosos y me halaga que tenga la oportunidad de ser yo a quien vean - se sonrojó un poco y rió.

Mi corazón comenzó a latir más rápido al escuchar esa risa, comencé a estar nervioso, al parecer mi cerebro estaba buscando por mucho tiempo recibir esa frecuencia de sonido tan hermosa.

Ben: Estás en mis clases, ¿verdad? - asintió con la cabeza - genial - sonrió y sus ojitos se cerraron como en cámara lenta.

Aalis: ¡Oh! Lo siento, me tengo que ir - salí de mi trance y me levanté.

Ben: ¿Puedo llevarte? - dudó un poco - no quiero robar tu casa, no te preocupes... Si quieres, después de dejarte, me voy y me olvido de tu dirección ¿Sí? - rió y asintió con la cabeza.

Aalis: Rayos, mi bicicleta está aquí en la universidad - se rascó la cabeza - mejor no, yo iré a mi casa en ella - sonrió, comenzó a caminar y la detuve con cuidado, y ella se giró para verme.

Ben Hardy - Destiny Donde viven las historias. Descúbrelo ahora