Ben Hardy - Destiny

Te amo

Después de que subiera y bajara tan rápido, me desesperé, tomé a Aalis de la cintura y la recosté para besarla verazmente y sin que ella se negara, tomé sus manos y las extendí para que no escapara y no pusiera ninguna excusa, ya que había esperado esto tanto tiempo y necesitaba hacerlo después de tantas provocaciones.
Aalis sólo decía mi nombre entre suspiros, la estaba dejando sin aliento. Logró zafarse de mis labios, y como yo tenía mis manos ocupadas atrapando las suyas, no pude regresar sus labios a los míos, así que decidí besar su cuello, su oreja e ir bajando hacia sus senos que por mi suerte seguían libres del molesto sostén.

Mi miembro seguía eréctil, así que sabía que Aalis podía sentirlo en su entrepierna, y con ello, sabía que se estaba excitando aún más.
Mientras succionaba uno de sus senos dirigí mi mirada hacia arriba y me encontré con el rostro de Aalis que transmitía el placer que estaba sintiendo.

Solté sus manos poco a poco para ver cómo reaccionaba ella, y al parecer no se dio cuenta de eso ya que nunca me detuvo y seguía con los brazos extendidos. Sonreí muy contento ya que estaba haciendo bien mi trabajo.

De repente, Aalis acarició mi nuca mientras succionaba su otro seno. Sentí cómo se deslizó hacia abajo dándome a entender que quería sentir mi pene rozar con su vagina.

Ben: ¿Quieres comenzar? - Aalis demostró una pequeña sonrisa ante mi comentario y asintió con la cabeza.

Con Aalis accediendo, tomé sus piernas y la arrastré hacia mí sin ninguna fuerza, y sé que eso le encanta a ella ya que dice que eso demuestra lo fuerte que soy.
La posicioné y pasé mis brazos más arriba de los suyos para poder verla al penetrarla. Aalis sonrió ampliamente y acarició mi mejilla; podía sentir todo su amor y ternura en esas caricias, así que decidí controlarme y ser más cuidadoso en ese momento. La besé apasionadamente para no perder el momento y eso nos tranquilizó.
Tomé mi pene y lo llevé en dirección a la vagina de Aalis, lo coloqué y fui introduciéndolo con pequeños movimientos de cadera. Al principio el rostro de Aalis reflejó un poco de dolor, algo que es bastante normal en la primera vez. Después comencé a moverme un poco más rápido para que se fuera acostumbrando y ella pudiera disfrutarlo.

Aalis: No te detengas - al parecer comenzaba a sentirse mejor.

Dicho eso, comencé a penetrarla con más libertad, se sentía tan bien lo cálido de su interior, era la temperatura perfecta que mi miembro necesitaba. Todo era tan excitante, los labios de Aalis abriéndose un poco para emitir ese hermoso sonido que eran sus gemidos, era como música para mí; sus ojos que se cerraban por el gozo que sentía pero que a la vez necesitaba abrirlos para poder verme a los ojos, y cada vez que los abría era un insentivo para detener la velocidad y penetrarla aún más profundo, lo que hacía que gimiera más fuerte y se aferrara más a mi espalda; sus senos, que se movían al ritmo que la penetraba y sentía la necesidad de apretarlos ya que eran tan suaves y perfectos; y sus piernas que no me dejaban escapar, que me decían a qué velocidad deseaba mi penetración la dueña de esas hermosas y largas piernas.

Comenzaba a cansarme por lo que me separé de Aalis y la puse en cuatro. Ella parecía disfrutar demasiado el acto así que se posicionó y arqueó su espalda hacia abajo para que pudiera penetrarla mejor.
Apenas se acomodó adecuadamente, tomé su cadera y la llevé hacia mí, al parecer tenía más oportunidad de que entrara mucho más que en la posición anterior así que disfruté demasiado de esta nueva posición, y de acuerdo a los gemidos de Aalis, también prefería esta.

Aalis: Más, Ben... Házlo más rápido - eso me prendió demasiado y obedecí a mi hermosa novia.

Tenía demasiadas ganas de tener una eyaculación, comenzaba a temblar demasiado pero aún faltaba un poco más, eso creí hasta que Aalis comenzó a seguirme el ritmo y comenzó a rebotar su trasero en mí. Grité y apreté su cintura para tener un mejor agarre. Sentía todo el poder en la punta de mi pene.
Unos segundos después, eyaculé dentro de Aalis y me detuve un poco para poder respirar.

Ben: Eres fantástica, Aalis - sonreí débilmente y saqué mi miembro del interior de mi amada. Me recosté un poco y ella puso su linda cabecita en mi pecho, se acomodó y comenzó a acariciar mi vientre - te amo, Aalis - sentí cómo se formaba una gran sonrisa en su rostro y se giró para verme a los ojos.

Aalis: Y yo a ti, Ben - parpadeó muchas veces, a eso ella le llama "te estoy haciendo ojitos", reí un poco y besé su linda cabeza.

Ben: ¿Ya podemos dormir? - Aalis sonrió de tal manera que sus ojitos se hicieron muy pequeños y asintió con la cabeza.

Aalis: Vamos a dormir - tomó la sábana y nos cubrió a los dos.

Esa noche fue la mejor, dormí como un bebé a lado de mi hermosa chica.

Al día siguiente, Aalis me tenía una gran sorpresa y era nada más y nada menos que el valioso collar, que tenía un gran valor sentimental para ella. La besé con tanta felicidad al ser ese hombre tan afortunado y lleno de amor por una hermosa persona.