CAPÍTULO 8

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Zane

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Zane.

Qué tan idiota podía ser, por un corto instante había creído que era diferente; pensé que no era muy distinta a mí, todos querían encajar y ser populares, tanto que a veces esa fachada te conducía a malos actos obligados, pero con ella no era así. David tenía razón era mala y había sido ingenuo por creer lo contrario, ahora me tocaba pagar las consecuencias.

—Unique, contesta, por favor.

Atiné a golpear el volante, lleno de frustración, un segundo le había bastado a la muy desgraciada para jugármela y darme un último golpe antes de que todo acabara. Solo tenía que dejarla e irme, pero no pude; mi estupidez me había llevado a creer lo incorrecto, a dejarme llevar por el momento a tal grado que por un segundo quise desistir de todo y con total confianza caí dormido a su lado. Me había olvidado de lo víbora que era, de lo que había hecho, y ese error me había costado muy caro. Charlotte se había aprovechado del momento en que caí dormido para tomarme una foto con mi celular y enviársela a Uniqeu con la frase "Es todo mío, ya no molestes, perdedora".

Unique ya lo sabía: su mejor amigo le había mentido y había pasado la noche con quien odiaba.

Esa estúpida foto que había sacado Charlotte me daba asco cada que la veía, estaba sacada de contexto, realmente parecía que habíamos tenido sexo y no había sido así. El que no le haya dicho a Unique desde un inicio que estaría con Charlotte no ayudaba, lo hacía ver aún peor y sospechoso. Me costaría borrar esa idea que se le había formado en la cabeza, seguro se sentía traicionada y estaba llorando por culpa de mi idiotez.

—Es una...

Mordí mi lengua para no soltar los peores insultos hacía la rubia y tomé aire para tranquilizarme; ya había pagado por cada cosa que hizo, solo era cuestión de tiempo nada más.

Debía agradecer el haberme dado cuenta a tiempo de lo que había hecho Charlotte, ya me resultaba extraño que mi celular no parase de sonar cuando lo había apagado; y es que se trataban de puras llamadas perdidas de Unique las cuales me habían despertado. Cuando vi la sonrisa de Charlotte y mi celular entre sus manos supe que había bajado mi guardia; aun no sabía cómo me las había arreglado para montar la fachada de que poco me importaba lo que había hecho y que realmente me gustaba la rubia, pero lo había logrado, la había convencido de eso y de mucho más.

Pero ya dentro del auto, dejé salir todas esas emociones que había reprimido estando con Charlotte horas atrás; estaba enfadado, esta no era la idea que tenía en mente, las cosas no debían haber sido de este modo. Todo era mi culpa y es que, por un corto instante, creí que en ese oscuro corazón había un atisbo de humanidad, pero no era así; esa chica jamás iba a ser buena persona, no sabía el motivo, pero era claro que solo buscaba dañar a Unique. Sabía que tarde o temprano Unique se enteraría de esta noche, pero nunca quise que fuera de esta forma, no quería que todo se desvirtuara de la forma en que había sucedido; desde esas llamadas perdidas, no me había vuelto a hablar.

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