CAPÍTULO 11

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Zane

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Zane.

Me quedé estático en mi lugar, tratando de procesar lo que había sucedido. No lo entendía, sabía que Unique se enojaría, pero jamás había imaginado algo como esto. Ella siempre había odiado mi forma de hacer las cosas, pero nunca iba a más de unos regaños por su parte...

Entonces, ¿por qué se alejaba de mí?

La vi correr hacía el autobús escolar de la acera del frente, tras haber soltado un "No quiero verte nunca más" lleno de furia y miedo.

¿No quiere verme nunca más?

—Ella...no quiere... —Murmuré atónito.

Jamás creí que vería en los ojos de mi única amiga el miedo, tampoco me hubiera imaginado que algún día Unique se iba a alejar de mí de la forma en la lo había hecho, como si le diera asco y le fuera a hacer algo, como si fuera yo quien había abusado de ella por tantos años. Si meses antes me hubieran dicho que iba a pasar, me hubiera reído en su cara creyendo que era algo imposible; pero acá estaba, la persona que por tanto tiempo había protegido y que tanto quería, ahora me odiaba.

Unique... ¿me odia?

Y quise llorar porque, aunque quisiera mentalizarme de que no era así, tenía el presentimiento que después de lo que había pasado hoy, ella en verdad me odiaba.

Me quedé mirando el lugar donde minutos antes había estado el autobús parado, intentando que las lágrimas no cayeran, tratando de comprender lo sucedido y buscando que mi cerebro entendiera que no iba a salir misteriosamente Unique de algún lado a decirme que todo era una broma. Ella no era así, jamás haría una broma como esa, todo lo que estaba pasando era real, muy real, tan real como que Unique ya no estaba a mi lado y ya...

No quería verme...

Cubrí mi rostro con una de mis manos cuando sentí que una lágrima se había escapado sin quererlo y agaché la cabeza con velocidad, no podía permitirme que nadie en la escuela pudiera verme así; agradecía que hasta ahora todos estuvieran ignorándome, porque ni bien llegué muchos se habían detenido a saludarme. Aunque estaba comenzando a creer que el sentirme tan hundido y derrotado estaba actuando como repelente de personas; seguro ni lograban conocerme, después de todo jamás me mostraba así en la escuela.

Alcé mi vista cuando noté que las lágrimas ya no saldrían; era lo mejor, llorando no iba a solucionar nada, si es que... había algo para solucionar.

¿Tenía solución? ¿Realmente la tenía después de que Unique había dejado en claro que no quería verme? ¿Después de cómo me había visto y de sus palabras, había una siquiera?

Entre más pasaba el tiempo, más preguntas aparecían y más me convencía a mí mismo de que la había perdido por completo, algo que desde pequeño me había prometido que no dejaría que pasara.

Yo... ¿en verdad... la perdí?

Una vez más amenazaron con salir y oprimí mis labios con fuerza para poder evitarlo, tenía que hacerlo, aunque se me partiera el alma, no podía llorar.

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