FANaticus

CAPÍTULO 13

Zane.

Al llegar comencé a entender un par de cosas, o eso creí. Cuando iba en el auto con mi madre los paisajes se me hacían conocidos, pero no fue hasta que vi la casa de David que caí en cuenta; el imbécil era vecino de Charlotte. Recé para no verle la cara.

Mi madre había insistido en que debía pedirle disculpas a Charlotte tanto así que fue a la oficina del director, no solo para charlar de todo lo ocurrido, sino que también para pedir su dirección. No tenía idea de dónde quedaba la casa de Charlotte y había ido un par de veces a la de David, pero jamás la había visto y este jamás había mencionado que era vecino de ella.

—Maldito —Murmuré.

Ese desgraciado parecía que sabía más de mí que yo de él y esa idea no me gustaba para nada; aún menos después de lo que había hecho.

Miré con firmeza la casa de Charlotte, era enorme, tres veces más grande que la mía; se notaba que era gente con mucho dinero. Aunque por el comportamiento de Charlotte era algo que ya sospechaba, pero nunca imaginé que tanto así; al lado de la suya la casa de David se veía mucho más pequeña.

¿Qué le diría? No tenía idea.

Entre más veía ambas casas, más pensaba en qué palabras utilizar. Cuando observaba la fachada de la casa de mi amigo, recordaba cómo tuve que morderme la lengua para no mandarlo frente al director. La forma en la que mi madre hablaba de mí delante del viejo y Luxius era humillante y decepcionante para mí. Cómo era posible que mi progenitora realmente creyera que había sido capaz. No había visto las fotos, pero la forma en la que hablaban del tema y lo que Kamyu había dicho, entonces intuía que era bastante grave; al menos lo suficiente como para que si alguien me conocía no se creería que lo había hecho. Aun así, no supe si por miedo, amistad o porque quería hablar primero con David, que cerré mi boca. Me tragué la verdad y acepté cada uno de los castigos.

Cuando los escuché hablar fue que me enteré que no tenían realmente pruebas contra mí, solo era las palabras de Unique; ni siquiera Charlotte había hablado, algo sospechoso a mi parecer, ella tenía todas las oportunidades de hundirme y no lo había hecho. Quizá la rubia sospechaba de la verdad y por eso se había negado a hablar. Saber todo eso no hacía más que molestarme a un más con Unique. Pero, de todas maneras, ya no había nada que pudiera hacer. Después de ver esa mirada en su rostro, sentí que no importara lo que hiciera, jamás volverían a hacer las cosas como antes. Se había implantado una huella en su interior que difícilmente podía ser borrada ya y eso no solo me dolía, sino que lo odiaba.

Después de todos estos años...

Tenía que dejar de pensar en Unique y centrarme en buscar qué palabras le diría a Charlotte. Estaba inseguro de si decirle la verdad, ¿le ayudaría en algo saberlo? ¿cambiaría algo en su vida si supiera quién lo había hecho?

—¿Y bien, Zane? —Soltó mi madre al ver que me había quedado tieso en la vereda de la casa.

—Si — dije.