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Febrero, 2021.

Ya quedaban pocos días para que el mes acabara y, la verdad es que deseaba que eso sucediera. Me había pasado desde la graduación buscando un trabajo y no dejaba de fracasar continuamente, cosa que me tenía realmente frustrado. A principios de mes tendría una reunión de orientación a trabajos de mi carrera en la universidad, por lo que, tenía algo de esperanza en que pudiera conseguir algo después de eso.

Esa era la razón de querer acabar con este largo febrero.

A pesar de eso, me sentía feliz de que Haneul hubiera puesto su matrícula en el grado de dos años de estética, cosa que le hacía muchísima emoción y ahora podía verse como ella brillaba. Me sentía orgulloso, sentía que por fin era su momento.

Era jueves, la semana estaba apunto de acabarse y, la verdad es que se había pasado realmente rápido. Ese día era el que iríamos de fiesta a una de las discotecas más cercanas a nuestro barrio para celebrar la graduación de los más pequeños del grupo. Haneul, Minhyung y yo nos aproximábamos a una vida adulta, era motivo para celebrar. Además, también celebraríamos el cumpleaños de Hoseok ya que la fiesta sorpresa que Sooyun pensaba celebrar tuvo que ser cancelada por la llegada de Haneul y todo ese ajetreo. Por lo menos teníamos la oportunidad de celebrarlo aunque fuera tarde.

A pesar de que me sentía emocionado de salir, despejarme y pasar el rato con mis amigos, no podía evitar sentirme algo desganado. Me había pasado toda la semana en busca de un trabajo que no llegaba por mucho que lo intentara. Y, me daba rabia. Claro que era difícil encontrar trabajo tan pronto, que quizás tardaría meses pero, ¿de qué servía tener una carrera y buenas notas cuando lo que te pedían era experiencia? ¿Qué experiencia pretenden que tenga si no me dejan trabajar? En fin, por lo menos me alegraba que Haneul hubiera puesto su matrícula y que hubiera encontrado trabajo en una pequeña ludoteca.

Me fijé con cuidado en aquella tienda que ella me había nombrado por llamada. Era pequeña y acogedora, con muchos logros de los que sentirse orgulloso. Muchas veces había oído sobre ella, incluso la había visitado otras veces. Por lo visto tenía a un gran compositor detrás quien a su vez, era el jefe del lugar.

Pensar en trabajar ahí me hacía sentirme muy emocionado, ¿quién en su vida podría aprender de un tipo tan genial como él? El punto era ese, igual que era genial, era un hombre serio y perfeccionista con su trabajo y, si no había pasado pequeña entrevistas en lugares que no le llegaban ni a la suela de los zapatos, no creía que consiguiera lo más mínimo en esa tienda. Suspiré.

Miré el reloj, necesitaba verme con Haneul antes de la fiesta. Eran las ocho de la noche, por lo que, aunque iba a llegar antes para la hora que habíamos quedado, necesitaba ese momento con ella. Empecé a caminar en dirección al piso de Haneul, donde sabía que se encontraba cuidando de su pequeño hermano al que vendrían a buscar pronto. Saqué del bolsillo de mi cazadora el móvil para llamar a Jimin y avisarle del cambio de planes.

—¿Ya estás preparado? —Preguntó en cuanto le expliqué todo.

—Sí, llevo un rato preparado, estaba dando una vuelta por el barrio a ver si me despejaba.

—Ya hemos hablado de esto, Jungkook, deja de martirizarte, ¿vale? Ve tranquilo a hablarlo con ella, sé que lo necesitas —dijo preocupado—. Yo iré a buscaros a la hora a la que habíamos quedado, de paso iré a buscar a Haeri antes.

—Vale, gracias Jiminie hyung, eres el mejor —pude sentir como sonreía a través de la línea telefónica. Pulsé el botón del ascensor para llegar al piso de Haneul.

—No es nada, sé que por mucho que yo te vuelva loco, Haneul sabrá hacerte sentir mejor. Luego nos vemos Jungkookie.

Colgué la llamada despidiéndome de él por última vez.

Remember Her ↠ Jeon JungkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora