Remember Her ↠ Jeon Jungkook

✩ 021

Febrero, 2021.

Pude sentir como la tenue luz que se mantenía en la habitación una vez sentía que mi sueño dejaba de ser tan profundo. No tenía ganas de levantarme aunque mi estómago estuviera rugiendo a causa del hambre. Resoplé, la cama estaba tan calentita que era un delito tener que salir de ella. Abrí los ojos con cuidado observando que me encontraba solo en aquella cama sin nadie a mi lado a quién pudiera abrazar. Por un momento me asusté creyendo que todo había sido un sueño de mi asqueroso subconsciente pervertido y masoquista poniéndome tan nervioso hasta el punto de tener mi corazón ligeramente acelerado pero, una silueta saliendo del baño me sorprendió.

—Mi amor, se ve que ya despertaste —dijo con una pequeña sonrisa dibujada en sus finos labios. Estaba sobando su ojo derecho. Sonreí ante el aspecto que traía, aquella camiseta mía que portaba la hacía ver demasiado sexy.

—¿Cuánto hay que pagar para ver esto todos los días? —Pregunté medio adormilado causando una carcajada por su parte. Negó con la cabeza aproximándose a la cama.

—Buenos días Jungkook, yo también me alegro de verte —sonreí ante su pequeña broma de mostrarse molesta. Se sentó en el borde de la cama tomando mis manos.

—Buenos días —dije con simpleza entrelazando mis dedos con los suyos. Acarició mis dedos entre los suyos formando un gesto sumamente cálido.

—¿Cómo has dormido? —Preguntó mostrándose tan activa como siempre. Aunque fuera una amante de la cama y manta, desde que ella despertara realmente después de asimilar que la vida seguía, era bastante activa.

—Contigo a mi lado genial —y no era una broma para coquetear con ella. Sonrió de lado intentando evitar ese gesto—. ¿Y Jimin? —Me percaté al instante de que no sabíamos nada de él al recordar que era extraño que no hubiera llamado para el desayuno.

—No lo sé, desperté hace solamente un rato —admitió apretando nuestras manos para apartarlas y levantarse—, pero, es hora de ir a buscarle, probablemente esté haciendo el desayuno, ¿verdad? —Asentí sin fuerzas de hablar. Aún era muy temprano para reaccionar.

Haneul tiró de mí intentando sacarme de la cama a la fuerza pero, estaba tan calentita... No duró por mucho tiempo empleando fuerza así que, simplemente, se rindió terminando sentada sobre el suelo de la habitación. Solté una pequeña carcajada antes de sentarme en el borde de la cama después de haber jugado un poco con ella. Me dedicó una mala mirada cruzándose de brazos como una pequeña niña de rabieta. Tomé algo de ropa interior para después ponerme unos pantalones y una camiseta sin más ya que, no iba a salir desnudo a recibir a Jimin. Haneul simplemente añadió unos pantalones a su vestimenta y salimos de allí.

Mi estómago rugió al percatarse del olor de tortitas y, Haneul, no tardó mucho en correr dirección a la cocina llevada por ese magnífico olor y es que, Jimin era el mejor cocinero de tortitas del mundo. Mi ruidosa novia le abrazó con fuerza por la espalda mientras este reía ante el susto que la pequeña le había propinado. Como pudo pasó su brazo por el cuello de Haneul para corresponderle antes de seguir cocinando aquellas tortitas. Debía de admitir que, en muchas ocasiones, la relación de Haneul y Jimin me hacía ponerme celoso pero, en aquel preciso instante, lo único que mi mente y estómago podía pensar era en esas deliciosas tortitas de chocolate y caramelo.

—Buenos días —anuncié consiguiendo que Jimin me dedicara una mirada y una pequeña sonrisa. Continuó a lo suyo después de eso mientras yo me sentaba en la butaca de la isleta, casi todo estaba preparado y Haneul estaba ayudando en lo que faltaba.

—Te veo igual de animado que siempre —indicó Jimin. Elevé el puño animándome a mí mismo consiguiendo una risa burlona por parte de Haneul.