Pequeños Brotes

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La panza de Sakura había crecido un poco más, está vez era evidente. Sus hormonas estaban revolucionadas más que nunca y lloraba cada vez que hablaba Sasuke sobre qué viva en Konoha. Por eso, últimamente él sólo dejaba pasar el tiempo y disfrutaba estar con ella para no herirla con sus ideas.
Controlaba su embarazo ella misma, ya que habían dejado la aldea con el obstetra muy atrás.
En las noches, Sasuke apoyaba suavemente su cabeza sobre la panza de Sakura para dormir. Verla en ese estado era una maravilla del mundo, ella le daría lo que él nunca creyó ser capaz de tener. Un hijo. El bebé los uniría de por vida, en él o ella podría ver reflejada a Sakura o Sakura podrá verlo a él. Lo mejor que había construido, era eso que crecía dentro de ella. Y gracias a ella, él tendría una familia nuevamente.
La aldea donde trabajan vendiendo joyas y atendiendo pacientes estaba colmado de ladrones. Siempre atacaban a los ancianos y a Sakura esto le molestaba. Un día Sasuke fue a entregar una encomienda y Sakura quedó en el centro de la aldea atendiendo pacientes por poco dinero. Un anciano había sido interceptado para ser asaltado con mucha agresividad, el señor al negarse, fue golpeado bruscamente frente a todas las personas. Sakura al ver esta aberrante situación, corrió al ladrón y le dio un puñetazo que soltó todo lo robado. La gente se avalanzo a recoger sus pertenencias y cuando el hombre se levantó, se alejaron.
Pelearon mano a mano con ella estando embarazada.  Cayó al piso tras un golpe en el ojo que le había dado el ladrón, pero con toda su fuerza, le dio un puño en el pecho tumbandolo al suelo y moviendo la tierra.
Sasuke que estaba en la otra parte de la aldea, sintió el movimiento y con un movimiento de su mano, se traslado hasta donde estaba su esposa. Llegó y vio la escena, su esposa en el suelo con un ojo colorado, un ladrón inconsciente y la gente avalanzandose sobre la pelirosa.

- Señora, nos has traído la paz!

Le dieron una serie de amuletos, rezaron sobre su panza, los niños le hicieron coronas de flores y ella atinó a sonreír y agradecer. Sasuke observaba todo con una sonrisa, sabiendo que su esposa podría proteger muy bien de su hijo.
Los niños acariciaban su panza y me entregaron platos de comida.

- quédense en nuestro hostel por favor, si quieren, solo esta noche pero déjennos compensarlo.

Tras mucha insistencia aceptaron y quedaron muy cerca de las personas, dispuestos a ayudar.
Él se maravillaba aún más por su esposa, tenía el corazón más gentil que había conocido. Lo había perdonado incontables veces en el pasado, nunca lo dejó sólo y gracias a ella, la gente lo aceptaba.
En la noche se acostaron fatigados por el largo día.
Él la abrazaba cada noche fuertemente, sentía los leves movimientos de su hijo y se le llenaban los ojos de lágrimas.
Observaba la simbologia uchiha en la ropa de Sakura y recordaba los consejos que le daba su madre, sonreía por qué la mujer que caracterizaba su madre,  Sakura lo representaba en todos los aspectos.

- Sakura, gracias por todo.

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