9. Una pelea

16 5 4
                                    

POV ALEJANDRA

Me siento tan distinta, hace ya dos semanas que Coleman viene todas las noches a casa de visita, Ismael es muy feliz y si él es feliz yo también, pero tengo miedo, no quiero que esa felicidad se acabe. Alexander Coleman hace lo posible por ser un buen padre, cada día aprende algo nuevo.
Llegamos a un acuerdo, puede venir a casa cuando quiera, siempre y cuando yo lo sepa, también acordamos que todavía no estaba listo para salir con Ismael a menos que yo esté ahí, siento que soy la bruja mala de la historia, pero ante todo está la seguridad del pequeño.

Andy me ha invitado a salir con ella y unos amigos, logró convencerme pues la abuela le ayudó, dos contra uno, gran jugada, pero después de todo, Ismael estará seguro con la abuela y su padre.

Me termino de arreglar y bajo para irme. Coleman ya ha llegado y no me quita los ojos de encima.

— ¿Quieres una foto?

Él enarca una ceja y ríe.

— Gracias, pero no eres mi tipo.

— Lo sé. — sonrío — Valeria es tu tipo.

— Las mujeres seguras de sí mismas, inteligentes, que saben lo que quieren, ellas son mi tipo.

Ignoro lo que me dice y prosigo mi camino, aunque me duela reconocerlo quizá eso es lo que define a Susan y Valeria, seguridad, decididas, aunque lo de inteligente solo se lo atribuyo a Susan.

Andy llega por mí y contra mi voluntad vamos de camino a donde sea que me va a llevar, solo espero que no hayan drogas, aunque estoy segura que no consume, siempre habla de ello, es muy raro. Andy aparca afuera de un restaurante tipo bar y me niego a entrar, la música está fuerte y horrible, solo de ver el lugar me da pánico.

— No seas tonta, Alex. — toma mi mano y me lleva hasta adentro.

— No quiero estar aquí. — grito para que me pueda escuchar.

A Andy no le interesa lo que digo, pero mientras caminamos la música va disminuyendo, apenas es audible cuando llegamos a la parte trasera del lugar, hay una fogata y personas alrededor, esto si es agradable. Me sorprendo cuando veo que está Sam, hay chicos de la universidad y de nuestro antiguo instituto, casi todos son amigos de Andy.

— Me alegra que te animaras, Becker — grita una chica.

Sam se pone de pie y me saluda.

— Luces muy bien, Alex.

— Gracias, Sam.

Hace ademán para que tome asiento y comenzamos a platicar, el tiempo se fue volando, me sentí muy bien al estar ahí, todos terminamos contando una anécdota y cuando llegó mi turno, hablé sobre la peor locura que hice cuando era niña, un chico estaba hablando con Susan y no sé por qué me hice la idea de que era un asaltante y comencé a lanzarle piedras y mis zapatos, todos reían, de la misma forma reímos y reímos de todas las anécdotas hasta más no poder.

— Esto es increíble, Andy. — recuesto mi cabeza sobre su hombro.

— Hay vida después de esas cuatro paredes, Alex.

— Es difícil, Andy. Sólo mirame, soy un desastre.

— Es porque no te das el tiempo necesario, deja de preocuparte tanto. Ismael ahora tiene un padre, descansa en él así como él descansó por nueve años.

— Estás loca.

— ¡Tengo una idea! — chilla.

— No voy a vender drogas, Andy.

¿Me enamoré de Alex?  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora