POV ALEJANDRA
Me siento tan distinta, hace ya dos semanas que Coleman viene todas las noches a casa de visita, Ismael es muy feliz y si él es feliz yo también, pero tengo miedo, no quiero que esa felicidad se acabe. Alexander Coleman hace lo posible por ser un buen padre, cada día aprende algo nuevo.
Llegamos a un acuerdo, puede venir a casa cuando quiera, siempre y cuando yo lo sepa, también acordamos que todavía no estaba listo para salir con Ismael a menos que yo esté ahí, siento que soy la bruja mala de la historia, pero ante todo está la seguridad del pequeño.Andy me ha invitado a salir con ella y unos amigos, logró convencerme pues la abuela le ayudó, dos contra uno, gran jugada, pero después de todo, Ismael estará seguro con la abuela y su padre.
Me termino de arreglar y bajo para irme. Coleman ya ha llegado y no me quita los ojos de encima.
— ¿Quieres una foto?
Él enarca una ceja y ríe.
— Gracias, pero no eres mi tipo.
— Lo sé. — sonrío — Valeria es tu tipo.
— Las mujeres seguras de sí mismas, inteligentes, que saben lo que quieren, ellas son mi tipo.
Ignoro lo que me dice y prosigo mi camino, aunque me duela reconocerlo quizá eso es lo que define a Susan y Valeria, seguridad, decididas, aunque lo de inteligente solo se lo atribuyo a Susan.
Andy llega por mí y contra mi voluntad vamos de camino a donde sea que me va a llevar, solo espero que no hayan drogas, aunque estoy segura que no consume, siempre habla de ello, es muy raro. Andy aparca afuera de un restaurante tipo bar y me niego a entrar, la música está fuerte y horrible, solo de ver el lugar me da pánico.
— No seas tonta, Alex. — toma mi mano y me lleva hasta adentro.
— No quiero estar aquí. — grito para que me pueda escuchar.
A Andy no le interesa lo que digo, pero mientras caminamos la música va disminuyendo, apenas es audible cuando llegamos a la parte trasera del lugar, hay una fogata y personas alrededor, esto si es agradable. Me sorprendo cuando veo que está Sam, hay chicos de la universidad y de nuestro antiguo instituto, casi todos son amigos de Andy.
— Me alegra que te animaras, Becker — grita una chica.
Sam se pone de pie y me saluda.
— Luces muy bien, Alex.
— Gracias, Sam.
Hace ademán para que tome asiento y comenzamos a platicar, el tiempo se fue volando, me sentí muy bien al estar ahí, todos terminamos contando una anécdota y cuando llegó mi turno, hablé sobre la peor locura que hice cuando era niña, un chico estaba hablando con Susan y no sé por qué me hice la idea de que era un asaltante y comencé a lanzarle piedras y mis zapatos, todos reían, de la misma forma reímos y reímos de todas las anécdotas hasta más no poder.
— Esto es increíble, Andy. — recuesto mi cabeza sobre su hombro.
— Hay vida después de esas cuatro paredes, Alex.
— Es difícil, Andy. Sólo mirame, soy un desastre.
— Es porque no te das el tiempo necesario, deja de preocuparte tanto. Ismael ahora tiene un padre, descansa en él así como él descansó por nueve años.
— Estás loca.
— ¡Tengo una idea! — chilla.
— No voy a vender drogas, Andy.
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¿Me enamoré de Alex?
Teen FictionCuando Alejandra era una niña, imaginaba miles escenarios sobre su futuro. Lo que nunca pensó es que sería madre tan joven, madre de su sobrino, tendría una mejor amiga que habla de drogas todo el tiempo, un Coleman que reaparece y una enemiga morta...