¿Me enamoré de Alex?

17. El viaje

Rodrigo.

Trae puestos unos jeans y una camiseta café, la cuál resalta el castaño de su cabello y sus ojos claros. Rodrigo me entrega las flores y saluda con un beso en la mejilla.

— Creí que ya todos estarían aquí. — frunce el ceño.

— Creí que venían contigo.

Andy y Sam quedaron de llegar juntos con Rodrigo.

— Si quieres esperemos aden...

Mi boca se abre tanto que me he de ver como una tarada. Un auto que conozco perfectamente se ha estacionado frente al auto de Rodrigo. Ese auto rojo que estoy segura algún día voy a conducir.

Mi querido Coleman.

Escucho brincos que vienen desde la escalera, Ismael ya hasta reconoce el sonido del auto de su padre. Corre tan rápido que no lo puedo detener cuando pasa a mi lado, Rodrigo de inmediato hace espacio en la puerta para que Ismael pueda pasar, quien ni se inmutó con la presencia de Rodrigo, sé que no le agrada, pero no es razón para ser tan descortés, siempre le he enseñado que sea quien sea, no importa si las personas son de nuestro agrado o no, se debe saludar.

Ismael se abalanza sobre su padre quien lo recibe con una sonrisa de oreja a oreja.

— Alejandra. — dice, a modo de saludo.

Entra, y una vez más Rodrigo es ignorado, creo que Ismael no es el único grosero y claro, su padre tenía que ser.

— Buenos días, Alejandra, buenos días, Rodrigo. — digo para que note su grosería, sin embargo, a Coleman le importa un pepino y me ignora.

— Papá, ¿irás con nosotros?

— No, mi amor. — respondo antes de que lo haga Coleman — Tu padre tiene muchas cosas pendientes aquí.

— De hecho... — comenta Coleman — ya resolví todos esos pendientes.

— ¿Entonces irás?

¡Ay no!

— ¡Ay sí! — me imita por lo que me doy cuenta, he pensado en voz alta.

— ¿Irás? — cuestiono temiendo la respuesta.

— ¿Tienes algún problema con eso?

— No. — Digo casi en susurro.

— ¿Y tú? — esta vez se dirige a Rodrigo.

— Para nada. — responde con un tono amable.

¿Por qué no había conocido a este hombre antes? Lo observo y su sonrisa hace que me sienta drogada, la gente dice que cuando uno se enamora de alguien siente mariposas en el estómago, lo que yo siento cuando veo a Rodrigo es un cosquilleo en las costillas, o es porque me gusta, o quizás me provoca hambre.

— Iremos entonces. — responde Coleman finalmente.

¡Ay no!

— Deja de decir eso. — susurra Rodrigo en mi oído.

¿Alguien me puede envolver a este hombre y regalarmelo en navidad?

— Mamá... ¿qué?

Ismael me observa anonadado, Coleman me lanza una mirada de asesino y Rodrigo sonríe. Efectivamente, volví a pensar en voz alta.

Veo mi reloj imaginario y anuncio que ya es tarde. Gracias a Dios y su misericordia, todos se ponen a subir maletas al auto de Rodrigo, Andy aparece por fin junto a Sam, al parecer el auto se dañó y apenas pudieron llegar a casa. Ambos huelen extraño y no quiero saber por qué.