Bien hecho, lo mejor que ha salido de mi boca en todo el día.
— Digo... — intento repararlo, pero ya está — ahg, olvidenlo.
— Somos primas desde que Andy nació — Melody sonríe — recuerdo que yo cambiaba sus pañales, desde ese entonces, supe que no le tendría miedo a la maternidad.
— Ouh.
Nota metal: no hacer más preguntas.
— En fin, vamos a lo que de verdad importa. ¿Qué sucede contigo, corazoncito?
— No voy a hablar hasta que Andy se vaya.
Ella lleva su mano al pecho fingiendo que se ha ofendido.
— No seas boba, Alex, yo ya sé todo — guiña un ojo — somos tan unidas que compartimos ropa interior.
— ¡Claro que no!
— Ah, no — resopla — yo jamás tomaría tu ropa prestada sin permiso. — ríe nerviosa — te espero en el auto. — dicho eso se levanta y en segundos he quedado sola con una mujer a la que acabo de conocer.
— Ahora sí, cuéntamelo todo.
Al inicio me niego, he de aceptar que la mujer sabe escuchar, inicié relatando lo más importante y terminé hablando hasta de los detalles tan insignificantes.
— Esto es demasiado para procesar en un solo día — es lo único que responde cuando he terminado de contarle todo sobre mi vida. Desde la muerte de mis papás, la soledad a la que me he enfrentado, la llegada de Coleman, los problemas que han llegado junto con él y lo más importante, el sueño que tuve en donde intercambié cuerpo con él. Cada vez que lo recuerdo mi cuerpo se estremece.
— Tienes miedo, cariño — habla por fin Melody — le tienes miedo a los cambios, tienes miedo a no poder controlar lo que ocurre en tu vida, tal como ocurrió con la muerte de tus padres y la aparición del tal Alemán.
— Coleman — corrijo.
— Sí eso, de todas formas. A veces está bien tener miedo, pero debes arriesgarte, no puedes pasar el resto de tu vida preocupada, viviendo con miedos. Ese sueño simplemente es el reflejo de lo que más temes, es algo así como lo que mencionaste sobre tu pánico al océano, sueñas con una ola gigante porque tu subconsciente lo recuerda, soñaste todo eso del cambio de cuerpos porque como lo mencionaste, tu miedo más grande es perder a tu sobrino.
— Entonces, ¿qué debo hacer?
— Simplemente deja de huir, y debes comprender que el amor de un hijo hacia una madre es incondicional, él no te dejará de querer si te equivocas, al contrario, debe saber que su madre es tan humana como él, tanto el padre como tú se equivocaran, pero está bien, es parte de ser padres. Y con respecto a la muerte de tus padres, nunca los vas a olvidar, nunca dejarán de estar en tu corazón, pero debes aprender a no martirizarte con ello. Hoy diste el primer paso, lo confesaste, pudiste liberar todo lo que tenías reprimido, poco a poco, iremos trabajando en el control de tus emociones, es necesario que sepas manejarlas sin reprimirte.
Cada palabra que sale de la boca de Melody me deja perpleja, nunca pensé que diría algo así, pensé que solo hablaría de los pañales de Andy. Realmente la conversación que tuvimos me ayudó mucho, es momento de cambiar muchas cosas, no solo mi apariencia, quiero ser una mejor versión de mi misma, y sobre todo ser feliz.
— La próxima sesión será en mi casa — anuncia Melody — la niñera me acaba de enviar un texto en donde renuncia y creo que va a demandarme.
— No imagino por qué.
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Hemos salido ya por fin de la reunión con Melody, no fue tan malo como pensé, es decir, pudo ser una ex drogadicta sin título universitario que se hace pasar por psicóloga. Aunque me siento más libre, diferente, no solo físicamente sino mental, estoy agotada, llevo casi todo el día fuera de casa.
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¿Me enamoré de Alex?
Teen FictionCuando Alejandra era una niña, imaginaba miles escenarios sobre su futuro. Lo que nunca pensó es que sería madre tan joven, madre de su sobrino, tendría una mejor amiga que habla de drogas todo el tiempo, un Coleman que reaparece y una enemiga morta...