10. Quisiera que estuvieras en mi lugar

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Tomé otro taxi y he llegado a la casa de los Becker, necesitaba volver por mi auto. Camino despacio y pienso dos veces en entrar a esa casa. Las pequeñas gotas de lluvia comienzan a caer, el cielo está negro como el alma de Valeria, no puedo creer que sea capaz de chantajearme con un hijo, se suponía que era imposible que tuviera un bebé y ahora que terminamos nuestra perfecta y maravillosa relación me dice que está embarazada. Valeria podrá estar muy loca, podrá caer como una patada en la cara, pero jamás jugaría con algo así, estoy seguro que toda esa cuestión de no poder ser madre es lo que la ha dejado así de inestable.

Alejandra abre la puerta, su rostro me dice "estoy molesta, lárgate de mi casa, animal".

— ¿No crees que ya es tarde para las visitas? — enarca una ceja.

No sé qué decir y lo único que sale de mi boca es...

— Valeria está embarazada.

Claro, el momento más oportuno para darle tan grata novedad.
Alejadra abre su boca, tarda unos segundos en salir de su estupefacción.

— ¡Qué maravilla! — el sarcasmo es ostensible —
Debes estar muy feliz al tener un hijo de la mujer que amas.

Me molesta su comentario, sabe perfectamente todo lo que ha ocurrido con Valeria y el desagrado que siento hacia ella.

— No la amo y lo sabes.

— No parece. — sonríe falsamente y al no obtener respuesta de mi parte continúa — Debes hacerte cargo, no puedes andar por la vida dejando hijos así como así, ya perdiste nueve años con Ismael, no pierdas ni un segundo más alejado de tu bebé, aunque eso implique estar cerca de la mujer "que no amas" — dice entre comillas.

— Tú lo haces ver todo fácil, me guzgas sin saber todo lo que he tenido que pasar. Mi vida no es como la tuya, no crecí teniéndolo todo con una familia amorosa, para ser alguien tuve que trabajar duro aún cuando mi papá tenía dinero, he luchado contra todo y todos para estar donde estoy y por última vez te lo digo, cometí un error, Alejandra, pero no puedes echarme en cara a cada instante la estupidez que hice.

— Mi intención no es molestarte — responde.

— Solo quisiera que estuvieras en mi lugar un instante y te dieras cuenta de todo lo que hago para enmendar mis errores.

— Y yo desearía que tú estuvieras en mi lugar, ¿crees que mi vida ha sido color de rosa?

— No voy a discutir con una niña.

Tomo las llaves de mi auto y me retiro, continuar la discusión solo pondría en riesgo la oportunidad que tengo de convivir con Ismael, ahora tengo problemas más grandes que solucionar, como el embarazo de Valeria, no sé qué hacer con ella, ahora será más difícil que me deje en paz.


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POV ALEJANDRA

Siento los rayos del sol iluminar mi rostro, no quiero abrir los ojos, me siento muy cansada, es como si mi cuerpo pesara. Me giro para seguir durmiendo, mi cama se siente más acogedora de lo normal. Durante unos minutos me mantengo en ese estado hasta que el sonido de un móvil me obliga a levantarme.

Abro los ojos y me quedo espantada, ¡no estoy en mi casa! Ni en mi cama, todo es diferente, veo mis pies, mis manos y siento que me dará un paro cardíaco. Tengo las manos como las de un gigante, me pongo de pie y lo que veo a través de un espejo termina por matarme. ¡Soy Coleman! Estoy en el cuerpo de Alexander Coleman.

Mi corazón late a mil por horas, llevo la ropa que llevaba él anoche, toco mi rostro, bueno el rostro de Coleman y no lo puedo creer, ¿cómo pasó? ¿Quién me hizo esto? Tomo asiento para recordar si ocurrió algo anormal ayer por la noche, pero nada, solo discutimos. Él pensaba que yo vivía como una princesa en un cuento de hadas en donde todo era fácil y me acusó de ser una insensible que no pensaba en él y lo que había vivido con su familia.

¿Me enamoré de Alex?  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora