Noches De Pasión

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Narra Tn___

Estaba dormida pero sentí que alguien me hablaba, me desperté y estaba un poco desorientada, hasta que me di cuenta que estaba desnuda, voltee a ver y el Señor estaba al lado mío, entonces lo miré confundida y asustada.

Tn___: Señor, que hace aquí?. Digo asustada.
Raymond: no te asustes preciosa, acaso no lo recuerdas?, estuvimos toda la noche teniendo sexo.

Cuando él dijo que tuvimos sexo toda la noche quedé sorprendida, pero después recordé todo, me pareció un poco vergonzoso ya que nunca había hecho algo como esto.

Tn___: es cierto, lo había olvidado. Digo un poco avergonzada.
Raymond: no te preocupes, pero lo mejor es que vayamos a la mansión enseguida, antes que sospechen sobre lo nuestro.
Tn___: sí, es lo mejor. Digo un poco asustada.
Raymond: preciosa, qué tienes?.
Tn___: bueno, es que Emily me comentó hace unas semanas que se siente atraída hacía usted, pero no en el sentido romántico, sino, en el sentido sexual, y me hizo como una clase de advertencia, que si ella se entera que una amiga está manteniendo una relación con usted, haría todo lo posible para deshacerse de esa amiga.
Raymond: entiendo, entonces tienes miedo de que Emily se enteré de lo nuestro?.
Tn___: sí, ella y yo hemos sido mejores amigas desde la secundaria, y traicionarla sería algo muy riesgoso.
Raymond: bueno, tú no te preocupes, haremos todo lo posible para que no nos descubra, y sí lo hace, yo me encargaré que no te haga daño, ¿está bien?.
Tn___: está bien, y gracias. Digo con una sonrisa.
Raymond: de nada, y quiero que sepas, que nunca me fijaría en Emily, a pesar que ella lleva años trabajando conmigo, nunca me he sentido atraído hacía ella, ni para tener sexo, pero no te voy a mentir, ella veces me a coqueteado, para provocarme y así caer en su juego de seducción, pero eso sí, nunca lo hemos hecho.
Tn___: entiendo, bueno, creo que ahora si es hora de irnos. Digo feliz.
Raymond: si, mejor vámonos, antes que terminemos haciéndolo y no salgamos en todo el día. Dice riendo.

Los dos nos reímos, después nos levantamos y yo fui al baño a darme una ducha rápida, después de un rato salí y ví que el Señor ya se había puesto su ropa, me cambié por mi uniforme de trabajo, terminé de arreglarme y después salimos de mí casa, nos subimos al auto del Señor, lo puso en marcha y nos fuimos a la mansión.