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Narra Raymond

Iba a quitarle la polera que traía puesta, pero la miré y tenía los ojos cerrados y de ahí brotaban pequeñas lágrimas.

Sus manos estaban en mi pecho de modo para que me alejará de ella, pero después ví en la posición que estaba y lo que estaba a punto de hacer.

Me separé rápidamente de ella y puse mis manos en mi cabeza, ¿qué demonios estaba pensando?, no supe controlarme, solamente me dejé llevar por el deseo y la lujuria otra vez, pero afortunadamente pude tomar consciencia de lo que iba a hacer.

Además no está bien que lo hagamos en un momento como este, ella debe recuperarse y también debe olvidar lo que le hizo ese maldito de Noah, así que le daré tiempo para que olvide todo esto y esté lista para hacerlo.

Me acerqué a ella y la miré, me sentí muy mal por lo que acaba de pasar y realmente tendré que controlar mis deseos de sexo para que así no llegue a mayores.

Ella abrió los ojos y me miró asustada, no sabía como reaccionar, pero cuando me acercaba a ella se alejaba de mi.

Raymond: Tn___, perdón por lo que acaba de pasar, no supe controlarme y realmente me siento un verdadero imbécil, prometo que intentaré controlar mis deseos para que no vuelva a pasar. Digo avergonzado.

Ella solamente me miró y se sentó en la cama, limpió sus lágrimas y bajó la cabeza como si estuviera avergonzada, pero ¿porqué?.

Raymond: linda, no debes que ponerte así, nada de esto fue tu culpa, el único idiota que tuvo la culpa fui yo, así que no debes que sentirte triste y mucho menos culpable..., y se que también no te sientes bien estando con un hombre cerca en estos momentos y mucho menos después de lo que pasó con Noah, así que te daré tiempo para que te recuperes, ¿sí?.

Ella levantó un poco la mirada y asintió haciendo una sonrisa un poco forzada, realmente no me gusta verla así, ya que me hace sentir que yo fui el culpable.

Raymond: mi princesa, no te pongas así, lo que pasó será difícil de superar pero te prometo que te ayudaré a olvidar todo lo que te hizo ese maldito, para que así vuelvas a ser la chica más feliz de este mundo..., pero por el momento quiero ver esa sonrisa. Digo feliz.

Me acerqué a ella y le empecé a hacer cosquillas, ella intentaba resistirse a no reír, pero no pudo hacerlo, así que empezó a reír como una niña y eso me hizo muy feliz a mi.

Finalmente dejé de hacerle cosquillas y besé su cabeza, ella estaba feliz y al parecer su miedo había desaparecido.

Raymond: bueno, ¿ahora qué te gustaría hacer?.
Tn___: quisiera darme una ducha, quiero quitarme la suciedad que siento en mi.
Raymond: entiendo, bueno está bien, iré a prepararte la tina.
Tn___: pero..., ¿qué pasará con mi ropa?.
Raymond: es cierto lo olvidaba, le pediré a Priscila y a uno de mis guardaespaldas que vayan al centro comercial a comprarte todo lo necesario, pero para mientras tendrás que usar unas de los poleras.
Tn___: está bien. Dice con una sonrisa.
Raymond: ok, quédate aquí, iré a preparar la tina.

Me dirigí al baño y preparé la tina, puse el agua a una temperatura adecuada y también espuma, llamé a Tn___, y después de unos minutos llegó a mi lado, pero aún traía puesta la polera.

Raymond: bueno, todo está listo, cualquier cosa me llamas ¿sí?.
Tn___: espera..., no quiero que te vayas.
Raymond: pero...
Tn___: no quiero quedarme sola, me da un poco de miedo. Dice un poco triste.

La miré y esa mirada tan tierna me hizo sentirme muy sensible, así que no podré decir que no.

Raymond: está bien, me quedaré contigo.

Ella se puso feliz y sonrió, tomé una silla que estaba en la habitación y la puse al lado de la tina entonces me senté, mientras, ella se quitó la polera y dejó su cuerpo desnudo ante mi.















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