Cuando nos volvamos a encontrar 🌙 [Caché]

[Capítulo 61] "Testigo"

─¿y bien? ¿Qué dices? ─cuestiona mi abuelo para Úrsula y la mujer se queda callada.

Él ya había explicado la situación al detalle y aunque en varios momentos Paola quiso interrumpir, no la dejaron. Yo también me quedé callada, me costó, pero entendía que no era el momento.

Úrsula desvía la mirada hacia su hija que estaba apoyada en uno de los lados de la oficina y le ordena:

─Habla, ¿Qué tan cierto es todo esto?

─anda, dile lo que hiciste ─la reto y se que tiene las ganas suficientes para lanzarse contra mí, pero su mamá la detiene con un grito.

─¡Paola! te hice una pregunta.

─yo...no hice nada ─miente desviando la mirada y otra vez me lleno de rabia.

─ridícula, mentirosa.

─Ya la oyeron ─dice su madre encogiéndose de hombros─ creo que no hay nada más que discutir. Es un simple malentendido entre dos niñas. Dejémoslo así.

Por supuesto que no lo íbamos a dejar así.

Saco el celular y reproduzco el audio que teníamos con la enfermera.

"No quiero más errores, ¿entiendes?... me importa un comino cómo lo hagas, pero quiero eso listo para cuando vuelva. Llevas mas de tres días en eso y ya fallaste una vez, no voy a consentir más errores...¿y entonces qué quieres? ¿Qué lo haga yo misma? ¡¿Qué tan difícil puede ser acabar con ella?! ¡está inconsciente, idiota!

─¿dices que no hiciste nada? ¿acaso ésta no eres tú? ─pregunto y dejo seguir corriendo el audio

"¡Es un puto hospital y tu eres una maldita enfermera! ¡Nadie va a dudar de ti, ni te pueden decir nada! ¿quieres que te enseñe a hacer tu trabajo?...inyéctala, dale sedantes o mete algo en su suero ¡yo que sé! hay miles de formas de acabar con eso, lo único que necesito es que la estúpida esa no despierte nunca. ¿entendido?"

Úrsula se aclara la garganta incomoda y aprieta la mandíbula. Si señora, de aquí, no hay escapatoria.

─creo que nos estamos precipitando. Debe haber otra manera de...solucionar esto. Después de todo es solo un lío de adolescentes.

Jadeo molesta

─¿un lío de adolescentes? ─repito─ ¿le parece que un intento de asesinato es "un lio de adolescentes"?

─a ver cariño... ─me responde con un tono asquerosamente meloso e intenta acercarse a mi, pero retrocedo─ lo que acabas de decir es una acusación muy grave. No sé cómo conseguiste eso, pero en todo caso podrías salir con una denuncia por invasión a la privacidad.

─no señora, aquí la única que va a salir denunciada es su hija, por intentar matar a alguien y no una, si no dos veces ─la enfrento

─¿tienes pruebas de lo que estás diciendo?

─¿pruebas? ¿Acaso, las pruebas importaron cuando me acusaron a mí, en la universidad? ─respondo irónica─ Claro, como en ese entonces solo quería sacarme del camino... ¿no se acuerda? vino a amenazarme para que me mantuviera callada sobre el fraude de su hija o... ¿qué dijo? Ah sí... que me atuviera a las consecuencias.

─¿Te atreviste a amenazar a mi hija? ─mi padre avanza con cólera y la mujer suspira cerrando los ojos, volviendo atrás de su escritorio.

─Por Dios, Germán...

─No lo puedo creer ─jura

─no sabía que era tu hija...─se defiende

─¡da igual que fuera mi hija! ¡¿Cómo te atreves a ponerte al nivel de una niña?! ─le reclama─ dale gracias a Dios, que no me haya enterado de eso antes o te aseguro que no lo iba a dejar pasar.