Cuando nos volvamos a encontrar 🌙 [Caché]

[Capítulo 90] "Amiga, Date Cuenta"

Antes de empezar, les recomiendo poner la canción de arriba, pues esa me ayudó a escribir mucho la primera parte de este cap. Disfruten! 🔥 🔥 🔥

Debo admitir que normalmente yo no haría algo como esto, pero en este momento lo único que quería era tenerla aquí para mi, sentir en su cuerpo que lo que me decía era cierto, saber que ese maldito beso de verdad no le importaba en lo más mínimo,  pero sobre todo...

Tenía la necesidad de marcar cada curva en su piel para declararle al mundo que Daniela Calle, no estaba disponible para nadie más que para mí, que nadie más podía tocarla de esa manera solo yo. Era un instinto primitivo, uno de esos casi incontrolables y claramente no era sano pero en este punto era lo que menos me importaba.

Daniela me mira confundida, asombrada y hasta un tanto descolocada. Sé que no esperaba que reaccionara así, sé que está tratando de adivinar si hablo en serio o solo estoy diciendo sin sentidos por la molestia. Sé que por eso no se mueve, ella está esperando a que yo haga o diga algo más, porque no sabe que terreno está pisando justo ahora y sinceramente yo tampoco lo sé.

Esto es nuevo para mi, todo lo que está pasándome es completamente desconocido. Pero ¿que más daba? Desde el regreso de Calle, he sentido y experimentado cosas que ni siquiera había imaginado antes. El amor, el deseo, los celos, la rabia y este intenso sentido de propiedad y protección a niveles exorbitantes.

Ella era mi primer todo y no me arrepiento, pero no tengo experiencia para manejar las cosas que estoy sintiendo ni su intensidad. Ni siquiera sé si lo estoy haciendo bien, pero como siempre últimamente, decido solo dejarme llevar.

Doy tres pasos lentos hacia ella, me planto delante y en un segundo, tomo su rostro con fuerza para llevarla a mi boca. Sus labios están suaves y un tanto salados por el llanto de hace un rato pero no me importa.

No es un beso suave ni tierno, mucho menos dulce o romántico. Es más bien todo lo contrario. Uno con rabia, dolor, celos pero destinado a saquear y provocar. Muerdo la esquina de su boca pidiendo entrada y ella suelta un quejido bajo que me llega hasta el vientre dándome un golpe de electricidad bastante intenso, pero todavía no me toca.

Me separo un par de centímetros y busco sus ojos con la respiración entrecortada preguntándole en silencio si estaba bien y ella solo me mira.

Nos quedamos un par de segundos así, sin decir nada. Pero en un arranque, toma mis caderas y las junta con las suyas para devolverme de nuevo a su boca con fuerza. Me abrazo a su cuello, acaricio y suelto su cabello profundizando el beso a todo lo que da.

Esa era mi luz verde

Dejo que me arranque la rabia casi a mordiscos y hago lo mismo. Ambas nos estábamos desquitando. Ambas estábamos marcando, saqueando y dejando claro que ahí solo estábamos las dos. Ella y yo envueltas en un deseo turbulento, incontrolable y a punto de estallar.

Poco a poco fuimos cayendo y en cuanto sentí la dureza del pasto en mi costado, tuve que separarnos para coger un poco de aire.

—¿de verdad...de verdad quieres hacerlo aquí? —pregunta Daniela agitada. Su respiración también era irregular y por la intensidad de su mirada, podía decir que también estaba a punto de perder el control.

—¿tu qué crees? —respondo y en dos segundos la tengo debajo de mi.

Recorro su cuello con dedicación. Llego detrás de su oreja y muerdo despacio hasta obtener un gemido profundo y ahogado desde su garganta.

—gorda...amor... —me llama y no sé si es para detenerme o alentarme pero si es para lo primero, no lo iba a conseguir en ese tono y menos cuando sus brazos se sostenían en mi espalda haciendome sentir sus uñas incluso encima de la ropa.