Flores, por todas partes eso era lo que habia. Flores.
La tía Iris era una mujer de pocas espertativas pero sabia decorar muy bien su casa, toda cubierta de flores. En la entrada había algo parecido a una reja, que estaba cubierta de ramas verdes y de ellas brotaban pequeños brotes de una flor que Claudia no conocia. Aunque no podia ver muy bien todo lo demás debido a la oscuridad de la noche.
Ambas se adentraron a la casa, Iris no esta casada y ampoco tiene hijos. A la edad de 28 años a muchas personas les parecería muy extraño, una hermosa mujer pelo rojo y ojos grices, con una figura esbelta, que siempre irradia seguridad y ternura, alta, con unos gustos muy peculiares. No esta casada, pero no es por falta de pretendientes, sino que Iris solo espera el indicado.
La casa por dentro era muy acojedora, se veía más grande que por fuera. Una hermosa sala de estar era lo primero que veias cuando entrabas y todo lo demás estaba envuelto en la oscuridad. Mientras la tia Iris iba encendiendo las bombillas y lamparas, Claudia podia observa la belleza de la casa. No era la primera vez que estaba ahí, pero se le hacía muy lejana la última y todo se veía muy diferente.
_ ¿Quieres algo de comer?_ pregunto la mujer. Claudia negó con la cabeza._ Bien, pues me imagino que estas cansada. Puedes ir a la habitación de invitados y dormir.
Sorprendentemente Claudia ya sabia el camino y se dirigió a la habitacion sin decir una sola palabra. Era cierto, estaba cansada y queria cerrar los ojos por lo menos un par de minutos.
En el pasillo giro a la izquierda y se encontró con una puerta, la abrio, encendio la luces y una habitacion normal se formo a su vista. Una cama con una mesa de noche a un lado, en la mesa habia una pequeña lámpara. Del otro lado de la habitación, un armario y junto a él un espejo. Tambien habia otra puerta que seguramente conducia al baño.
Sin pensarlo dos veces Claudia se tiro en la cama con el vestido de luto que la ama de llaves habia elegido para ella. Se quito esos molestos zapatos de tacón que parecían de anciana y se recosto en la cama intentando olvidar o simplemente imaginar que todo lo que habia pasado era un sueño. Pensar que estaba en casa de la tia Iris como las otras veces, solo por pasar la noche y jugar un poco en los columpios con Roxan a la mañana siguiente.
Le era imposible, Roxan no estaba ahí con ella y cada vez que lo intentaban el rostro de su abuela volvia a pararecer en sus pensamientos.
A Claudia los minutos se le volvieron eternos, a pesar de que ya habia pasado media hora desde que había entrado en la habitación y todavía no había podido dormir. No podia hacerlo, sentía que le faltaba algo importante para poder caer en la manos de morfeo, sentía que nadie en el mundo le podría dar eso que le faltaba. Incluso, había apagado todas las luces de la habitación para sumergirse en la ocuridad de su tristeza, pero eso tampoco le daba tranquilidad.
La puerta se abrió lentamente, dejando ver una tuene luz que provenia del corredor, una melena roja desperto a Claudia de sus pensamientos.
_ ¿Has podido dormir?_ Iris asomo su cabeza por la puerta y sus ojos grices brillaban en la oscuridad de la habitacion.
_ No._ fue todo lo que dijo Claudia.
_Yo tampoco._ La mujer entro a la habitación y se recostó en la cama junto a su sobrina. Claudia recordaba lo que sentía cuando ella hacia eso, de pequeña le temia a los rayos y la tia Iris se acurrucaba junto a ella y le cantaba para calmarle los nervios. No pudo evitar sentirse aliviada de que ella estuviera ahi._ Creo que es dificil dormir con lo que paso.
_ Lo quiero olvidar, quiero olvidar todo lo que paso para dejar de llorar. Sabes que no me gusta._ a Claudia le pareció la oración más larga que habia hecho en horas o tal vez dias.
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El secreto de mi abuela
Teen FictionClaudia ha vivido una vida de aislamiento y soledad. Sin embargo, con la muerte de abuela, quien era su único ejemplo en la vida, Claudia va descubriendo cosas de las que aparentemente nunca se había tenido de enterar. Junto a sus primos y con el en...