-Hola, Chris... -Le susurró Lizz con una enorme sonrisa de oreja a oreja en su rostro cuando el rubio llegó a la ventana antes que Sebastián, caminando cauteloso por toda la orilla del tejado y aferrándose a los ladrillos de piedra que construían las paredes de aquella casa.
-Hola... -Le respondió agitado junto a una sonrisa amistosa, lo que a Buck no le gustó en absoluto y quien por cierto le venía siguiendo los pasos tras él.
-Te dije que vendría a verte... -Fue Sebastián quien rompió el juego de miradas que la rubia había iniciado con su hermano, causando que momentáneamente odiara a Chris, por siempre enamorar a todas las mujeres que se le plantaban en frente.
-Estás demente... -Lo miró ella con el ceño fruncido, estremeciéndose al sentir el aire frío colarse por la habitación y cruzándose de brazos frente a ambos chicos a mitad de la cortina.
-¿Está dormida? ¿Nat, está durmiendo? -Fue Chris quien rompió el silencio y las miradas ardientes y furiosas que ahora estaban a punto de iniciar un incendio junto él.
-Lo siento... -Le sonrió Lizz con coquetería instantáneamente al mirarlo, causando que ahora sí todo el interior de Buck se consumiera en celos.
-¿Podemos hablar?... -Le solicitó Bucky, recibiendo como respuesta un bufido de parte de la rubia y que además rodara los ojos fastidiada.
-No... -Gruñó entre dientes, hasta que Rogers interrumpió su pelea de miradas.
-Te sugiero que les digas que si, o no se moverá de esta ventana hasta que amenzaca. -Le guiñó un ojo a su hermano quien solo entre cerró sus ojos con desconfianza.
-¡Argh! Bien... Camina hasta la otra ventana, enseguida voy... -Le hizo una seña con su dedo para que el castaño se deslizará hasta ahí. Sebas esbozó una sonrisa de triunfo para luego emprender su camino, dejando momentáneamente solos a Chris y Lizz sobre aquel pequeño umbral bajo la noche.
-Yo... Creí que podría conversar con ella, ya sabes, con Nat... -Le dijo el rubio con desilusión viendo fugazmente a su hermano dar pasos cortos por toda la orilla de la segunda planta.
-No fue un día del todo bueno... -Le sonrió Lizz con tristeza, volteando hacía atrás para buscar el cuerpo de su hermana sumergido bajo las sábanas. Rogers, por otro lado, deseó meter la cabeza y poder mirarla dormir, pero tuvo que contenerse un poco.
-Necesito preguntarte algo... -Susurró Chris con un poco de duda.
-¿Qué sucede?... -Arrugó el ceño extrañada.
-Dime, Lizz... En verdad el corazón de Nat está... -Se quedó a medias, bajando la cabeza y haciendo una mueca al pensar en lo que estaba apunto de preguntarle.
-¿Ella te lo contó? -Se sorprendió por la pregunta del rubio, y a la vez tampoco quiso decir más ya que desconocía la versión de los hechos que Nat le había dicho.
-Me dijo un poco... ¿Es cierto? -Su rostro enseguida se consumió por la tristeza y los ojos compasivos de Lizz le hicieron saber lo que tanto temía, era cierto.
-Chris, se honesto conmigo... ¿Te gusta mi hermana? -Se inclinó un poquito más sobre la ventana, cambiando repentinamente el tema.
-¿Qué? ¿Por qué lo preguntas? ¿Ella te dijo algo? ¿Yo le gusto? -Le susurró un sin fin de preguntas nerviosas que lo hicieron llenarse de ansiedad por saber si Nat hablaba de él con Lizzie.
-No, no ha dicho nada... O bueno no hemos hablado de eso... Aún... ¿Quieres que le pregunte? -Le sonrió con diversión, mirando fugazmente a la rubia sobre la cama quien se había cambiado de posición para quedar acostada de lado, dándole la espalda a la ventana.
ESTÁS LEYENDO
🍷IN THE SHALLOW🍷
Roman d'amourSu alma era demasiado profunda para se explorada por aquellos que sólo saben nadar sobre la superficie o al menos eso creía Natalie Stark, una hermosa, rubia y dulce joven de 21 años que tenía sus días contados. Aunque quizá el verdadero amor podrí...