CAP 24 CULPA

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Aquella mañana cuyas actividades habían iniciado con estudios médicos y noticias desagradables, se había convertido en una tarde bastante agradable para las hermanas Romanova. Chris se había rehusado a hablar con Natalie de lo sucedido con Buck y el misterioso mensaje que había recibido, alegando que todo estaba bien. Sin embargo, fue quizá el abrazó tan compresivo y empatico que ella le regaló lo que realmente lo hizo sentirse mejor, aunque para ser sinceros había sido un golpe bastante duro para Rogers, un golpe bajo que lo hizo revivir sus inseguridades consigo mismo... Temiendo que fuese realmente su culpa el que Maggie se aburriera de su relación y buscara en alguien más todo lo que él no podía darle...

Y no es que se tratara de dinero, Chris tenía un trabajo que le proporcionaba la estabilidad económica como para darse todos los lujos que quisiera, pero simplemente ese no era su estilo de vida... Lo autos, las mansiones de lujo, la ropa de marca, los caprichos absurdos, viajes y fiestas de etiqueta, eso simplemente no iban con él ni con nadie de su familia... Chris era un hombre que se había criado en un núcleo familiar bastante unido, un chico de campo que se llenó las manos de tierra y ampollas antes de llegar a ser quien era actualmente... Un reconocido y exitoso abogado de California, representante y asesor legal del Viñedo de la familia Stark Romanova y también respetado por su dedicación y entrega en él área banquera del país.

Pero para Maggie nunca bastaba, siempre exigía más y más de él... A pesar de eso, ya nada tenía sentido ahora, ella le había mentido por meses y ahora se iba casar con un hombre que seguramente si cumpliría con sus expectativas, alguien mejor que él, dispuesto a dar todo por ella... ¿Y a él que le quedaba ahora? Ni siquiera había tenido el valor de decirle en su cara que ya no deseaba seguir con él en una relación ¿o a caso a eso se debía su repentina visita?... ¿O también mentía sobre venir el fin de semana?... Justo ahora el rubio se comenzó a preguntar si ella mentía también cuando decía que lo extrañaba en sus mensajes, si mentía cuando le enviaba besos y decía amarlo... Justo ahora se preguntaba si ella realmente se encontraba estudiando en Francia, si su relación era real... Muchas preguntas rondaron la cabeza del rubio durante todo el día, causando que inconscientemente se mostrara ausente y pensativo... Nada conseguía robarle una sonrisa sincera, más que torpes muecas que se asomaban en la comisura de sus labios cada que Nat intentaba animarlo.

La pregunta ahora era... ¿Y él realmente la amaba, la amó siquiera alguna vez? ¿Y si sentía no amarla por qué le estaba doliendo tanto su traición? ¿Por qué se le revolvía el estómago al pensar en Maggie desposando a otro hombre? ¿Por qué se sentía triste y decepcionado? Realmente no lo sabía, quizá se trataba de su orgullo como hombre, de su honor como alguien que aprendió de sus padres a respetar, a ser honesto, leal y siempre anteponer sus propias necesidades antes que las de los demás... Y para ser sincero justo ahora, hacía mucho que Maggie se había vuelto secundaria, en este preciso instante su necesidad se centraba como un todo sobre una pequeña rubia de ojos color esmeralda que le robaba la respiración cada que la tenía cerca de él... En Nat... Natalie... Su Natalie... La pequeña niña con cabellos de oro que conoció desde muy pequeño y con la que compartió los veranos más divertidos y románticos de su infancia. La niña con la que se dió su primer besó y con la que conoció el verdadero significado de la amistad... Porque Nat podría ser muchas cosas lindas para él, pero el título de mejor amiga nadie, jamás se lo arrebataría, había sido una promesa entre ambos, una promesa que no estaba dispuesto a romper, estaría con ella siempre que lo necesitara, así no pudiesen estar juntos...

Chris se sentía muy confundido respecto a su relación y desenlace con Margaret, con su vida en particular, pero si de algo estaba completamente seguro era de lo que sentía por Natalie, de ese sentimiento que lo hacía actuar como un idiota, que lo hacía sudar y le erizaba los vellos del cuerpo, de esa sensación que causaba que su estómago se retorciera ansioso y que sus brazos buscarán tenerla prisionera contra su pecho... De eso que provocaba que se preocupara, pensara en ella todo el tiempo y la extrañara, incluso cuando habían pasado apenas unos minutos de no verla...

🍷IN THE SHALLOW🍷Donde viven las historias. Descúbrelo ahora