Dolor.
Era todo lo sentía en este momento. No había otra cosa que no pasará por mi corazón estando sentada en el sofá de la casa donde viví mi niñez y adolescencia. Las lágrimas bajaban por mis mejillas, mira un punto específico. Los recuerdos de mi primer amor llegaban a mi cabeza y un sollozo salió de mi. No podía creer que ya no estuviera conmigo, que ya no la vería todos los días, que ya no sentiría sus brazos abrazándome, todo iba bien, estaba en el lugar perfecto y sucedió esto. Solo estaba en el restaurante desayunando con todos feliz, pero tuvimos que salir, yo les dije a todos que nos quedaremos un poco más, pero nadie me escucho.
Sentí unos brazos envolverme por los hombros, me acercó a ella y dejo un beso en mi mejilla.
—Estoy aquí contigo. Todo estará bien—susurro en mi oído para después esconder su rostro en mi cuello.
—Ya no la veré—le dije bajo con las lágrimas saliendo más rápido— ya no estará conmigo, ¿por qué me está pasando esto?—me abrace a ella y me solté, lloraba como una niña, todos los recuerdos pasando en segundos por mi mente. Ya no la tenía, ya no la vería. Se había ido mi primer amor. Se había ido la persona que me hacía fuerte cada día. Se había ido sin decirme adiós. Había perdido a mi mamá.
—No sé que hacer Lolo, solo te diré que llores todo lo que tengas que llorar, yo estaré aquí contigo—me hablaba Camila abrazándome más fuerte.
—No me dejes, no me dejes, tú no por favor—le repetía abrazándome más a ella, no quería que me soltara, no quería dejar de sentir sus brazos.
—No te dejaré amor, estoy aquí contigo—me dio besos por mi rostro y después se escondió de nuevo en mi cuello.
Pasa el día abrazada a ella, veía como estaba mi familia y amigos alrededor. Mi papá estaba sentado en el sofá individual, sus ojos solo soltaban lágrimas silenciosas. Louis estaba abrazado a Harry recargado en la pared. Mis hermanos menores, Taylor y Chris, estaban abrazados a Keana en el otro sofá. Mis ojos se cerraron, y caí en el sueño.
Narra Camila
—¿Estás bien?—gire hacia Dinah cuando me hablo.
—Si, un poco—le sonreí de lado— estoy mal por ella, me destroza verla así.
—Lo se, pero solo te queda estar con ella—me dio el consejo.
—No la dejaré—respondí sin pensarlo— nunca me alejaré de ella.
—También lo se—fue mi turno de sonreírle— hable con su papá—me contó y le puse atención— mañana será el funeral—dijo en un susurro y una lágrima bajo por mi mejilla. No tuve el tiempo de conocerla mejor, no tuve tiempo de pasar un rato con ella y poder hablar. Me estaba arrepintiendo mucho.
—Esta bien—le di un beso a Lauren en su frente.
A la mañana siguiente
Entre a su habitación y estaba poniéndose un abrigo, me acerque por detrás de ella y la abrace por la cintura.
—¿Lista?—ella asintió, se dio la vuelta y sus ojos estaban rojos por el llanto. Tomé su mano y la guíe fuera de la habitación, bajamos las escaleras y ya todos estaban listos. Salimos de la casa y subimos en los autos, yo iba con los hermanos y padre de Lauren. Ella se recostó en mi hombro en todo el camino.
Llegamos a la funeraria, bajamos y entramos. Frente a nosotros estaba el ataúd, Lauren apretó más mi mano al verlo. Solté su mano para que pudiera ir sola hacia e, camine hacia las sillas donde estaban sentados todos, veíamos como la familia Jauregui estaba alrededor de el ataúd con lágrimas. Pasaron minutos y se alejaron de el, ella vino hacia mí y se sentó a lado mío. Todos nos despedimos y después de unas horas me acerque yo a el. Me puse a un lado y las lágrimas salieron al verla ahí, como si estuviera dormida, tan pálida.
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Easy (Camren)
RomanceCamila Cabello, 17 años, cursaba la preparatoria, era una chica nerd, sorprendentemente nadie se metía con ella, simplemente la ignoraban, jamás había tenido un novio o novia, ya que ella era bisexual, ¿su defecto? la inseguridad de si misma, ella c...