024: un golpe en el corazón

23 1 2
                                    

Pasado

Emilia

Todos tenemos secretos, todos guardamos cosas que a lo largo de la vida se va descubriendo. Hay veces en las que uno mismo decide fingir ser alguien quién no eres, o mostrar una careta, una máscara, frente a todos y solo para ocultar lo que realmente somos. A eso se le llama ser doble-cara, personas sin corazón y con nada en el alma.

Tienen el corazón tan frío, tan vacío que no miden las consecuencias de sus actos y actúan sin pensar antes en lo que podría pasar, o tal vez.. en el daño que estarían causando a otro. Hipocresía, es lo único que conocen.. solo piensan en si mismos y no en los demás..

Egocentrismo, egoísmo, tienen el ego tan alto que solo piensan en que ellos estén bien, en mantener su reputación al margen, en que su imagen no sea estropeada por nada, ni por nadie..., bajo ninguna circunstancia. Están tan cegados que por esa razón, no pueden ver la realidad, eso no les permite ver la vida de otra manera, cómo realmente es.

No hemos venido al mundo para hacer sufrir a los demás, para ser amargados, ni mucho menos para estar tan podridos por dentro.. Habrán problemas y situaciones que nos tocará enfrentar, si, pero si mantenemos la frente en alto, nada malo pasará y todo se mantendrá bien.

•••

Había estado toda la mañana absorta en mis pensamientos, ni siquiera había ido a clases, no me dieron ganas de nada.. La razón por eso es que al despertar, tuve un mal presentimiento, me preocupa lo que esto pueda significar. Mi hija está en mis pensamientos, siento como se me achica el pecho.. me aterra pensar que algo le han hecho.. ¿Ulises sería tan capaz de hacerle algo a mi hija.. a una bebé? No he probado bocado, no se me abre el apetito.. tengo náuseas y mis emociones están por doquier.

Estando tan metida en mis pensamientos, que me llevaban atormentado durante todo el maldito día, no me había dado cuenta de qué mi celular estaba sonando a la llegada de una llamada entrante.. Lo desbloqueé y vi que era Ulises quién me estaba llamando.. Que raro —pensé — Contesté la llamada y esperé unos minutos hasta que empezó a hablar desde la otra línea.

— Emilia, necesito hablar urgentemente contigo. — su voz sonaba fría, como si estuviera molesto, al igual que también estaba un poco agitada y eso me dejó muy desconcertada.

Estoy segura, y sé.. qué lo que me tiene que informar es algo que tiene qué ver con mi hija.. ¿Por qué otra razón me estaría hablando así de repente?

— ¿Es sobre mi hija? ¿Que pasó con ella? ¡¿Qué le hiciste infeliz?! — a éste punto yo ya me estaba alterando, quería saber que es lo que estaba pasando, necesitaba respuestas a todas mis dudas, a mis preocupaciones.. a todo.. — ¡Respóndeme! ¡Dime algo, por favor!

— Esto no es algo que puedo decirte por teléfono, es algo demasiado delicado.. — dijo, noté que alejó un poco su celular y escuché cómo se reía junto con alguien más.. esa otra voz se me resultaba demasiado conocida.. — Solo qué quiero que sepas qué esto pasó de repente.. Yo no quise, enserio. — utilizó un tono de burla, cómo pidiendo disculpas, pero sin sentimiento detrás de sus palabras, cómo si lo que hubiera hecho lo hizo por una razón, porqué quiso y para lastimar.

— ¡Idiota! ¡Solo quiero qué me devuelvas ya a mi hija! ¿Es mucho que pedir? ¡Si no me la das de regreso sana y salva, te acusaré y todo Like se enterará de lo que haz hecho! ¡Cobarde! — grité en el teléfono.

Quería lanzar y quebrar todo a mi alrededor, gritar a los cuatro vientos lo enojada que estaba en ese instante, solo quiero a mi Martina conmigo, quiero a mi hija..

— Bueno, te espero en la cafetería, sabes donde es.. Te quiero ahí inmediatamente, te espera algo demasiado fuerte, así que vete preparando.. mentalmente y emocionalmente. Ah, y de una vez te digo qué, no me arrepiento de haber hecho lo que hice, lo mereces.. — al terminar de hablar, colgó la llamada. Miles de pensamientos tengo en mi cabeza.. podría sacar muchas conclusiones, pero es mejor ver con mis propios ojos lo que hizo..

Deje caer mi celular en algún lado del dormitorio, los más probable es que haya caído en mi cama.. pero ese no es el punto. Salí de ahí y a pasos apresurados, caminé en dirección a la cafetería, dejándome guiar completamente por mis piernas.

Al llegar, supuse que Ulises estaría ahí esperándome, pero al contrario.. no había rastro de él por ningún lado.. Hasta que sentí unas manos tomarme fuertemente de ambos brazos y sujetarme con fuerza, para acto seguido, llevarme arrastrando a algún lugar que yo desconocía.. jamás había estado por estos rumbos.. esto era totalmente nuevo para mí.

Minutos que parecían segundos.. me encontraba sentada en una habitación, oscura.. fría y de un olor muy extraño. Éste lugar solo era visible por una pequeña luz que caía del techo, demasiado oscuro.. aquí fácilmente te podrías perder en la oscuridad, no tendrías una salida.. Sentí una respiración en mi cuello, volteé y gracias a la pequeña luz que alumbraba un poco el lugar, pude ver qué esa respiración había sido una pequeña obra de Ulises.. El fue quién me trajo aquí..

— ¿Lista para ver mi pequeña obra de arte? — preguntó, esto no podía ser nada bueno.. a cómo van las cosas.. espero lo peor.. Él caminó a un lado de la habitación y trajo algo que parecía ser una caja, sobre ella una manta con manchas rojas.. ¿sangre? — Mira, éste es un pequeño regalo de parte mía y de mi cómplice.. — acercó la caja a mí, mis ojos comenzaron a arder, mis lágrimas amenazaban por salir.. dentro de aquella caja estaba un cuerpo y no cualquiera.. era el cuerpo pequeño de mi hija, tan frágil y lleno completamente de sangre..

— ¡¿Qué le haz hecho, animal?! ¡La mataste! ¿Por qué? ¡Ella que te hizo para que le hicieras esto! ¡Me hubieras matado a mí, no a ella! — comenzaron a caer muchas lágrimas por mis mejillas, estaba dolida.. siento cómo si me acaban de quitar mi otra mitad, una parte de mi cuerpo.. de mi alma, y de mi corazón..

— He hecho lo justo, y lo que tú te mereces.. Este es un pequeño recordatorio de lo qué soy capaz y para decirte que todos aquí te detestamos.. y te queremos lejos de éste mundo.. — dijo y se fue, azotando la caja en algún lado de la habitación.

Corrí a donde ésta estaba y solté un grito ahogado lleno de dolor.. esto ya es demasiado.. ¿Llegar a matar? No creo que pueda soportar más.

 ¿Llegar a matar? No creo que pueda soportar más

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—n;

TODOS TIENEN SECRETOS Donde viven las historias. Descúbrelo ahora