035: relato: machu y emilia

27 0 0
                                    

Pasado

Emilia

María Asunción del dulce nombre Salas, ¿qué me has hecho? ¿Por qué no puedo dejar de pensar en ti? ¿Por qué vives en mi mente día y noche? ¿Por qué eres así, tan jodidamente misteriosa e interesante? ¿Por qué eres tan perfecta y atractiva? ¿Por qué me tienes que gustar de ésta manera? ¿Acaso me flechaste?

Así cómo lo oyen, yo, Emilia Ruiz, me he quedado atónita con la belleza de aquella chica a la cuál le he tenido el más grande odio desde que entré al Like. No hay una explicación lógica del porqué y cómo fue qué ocurrió esto, pero lo que si tengo muy claro es qué yo no decidí de quién enamorarme, simplemente pasó y ya. Cómo dicen por ahí, del odio al amor sólo hay un camino y justo eso fue lo qué pasó aquí. La odiaba tanto que tuve un estereotipo sobre ella, sin antes conocerla más a fondo, conocerla enserio, a la verdadera Machu Salas.

Todo pasó tan repentinamente, no sé muy bien cómo, ni cuándo, pero pasó. Desde que descubrí lo de Claudio y su engaño hacia mí, ella me brindó su apoyo y estuvo ahí la mayor parte del tiempo, ayudándome y haciéndome sentir mejor. Aquella vez en la que nos besamos, ese mismo día después de descubrir aquello, sentí algo distinto. En ese beso había algo que jamás creí cierto, ni mucho menos posible. Es cómo si una chispa hubiera salido de nuestros labios y se había quedado en mi corazón, muy dentro de mí. Tan dentro de mí, qué ahora no sé cómo hacer para sacarla de mi mente, para dejar de pensarla.

He perdido hasta noches de sueño por estar pensando en ella, sin lograr conciliar el sueño. He estado distraída, pero en parte, se siente bien porque soy correspondida. Ella igual siente algo por mí y quizás siempre lo ha hecho, aunque jamás se animó a decirme nada, hasta hace unos días que ambas nos confesamos lo que sentíamos, después de una discusión.

•••

Mis clases del día habían terminado y ahora estaba en la cafetería comiendo algo pues llevaba algunos días sin comer nada y eso me está afectando demasiado. Terminé de comer mi ensalada y me dispuse a ponerme de pie y caminé hasta no sé dónde. Quería despejarme un poco y dejar de pensar por unos instantes, en cosas que me atormentan. 

Estaba caminando sin rumbo alguno, hundida en mis pensamientos y ajena a todo lo que ocurría a mi alrededor, solo podía concentrarme en mí. Perdí la noción del tiempo y ni cuenta me di cuándo había chocado con alguien y yo a éste punto ya me encontraba en el suelo. Maldije y le grité a cualquiera que había sido culpable de mi caída. Luego fruncí el ceño, confundida y alcé la mirada, pude divisar a Machu quién me miraba con una expresión de sorpresa entre confusión, ¿qué le pasa?

Tenía el ceño levemente fruncido y una expresión desconocida en su rostro. Sus ojos reflejaban inseguridad y un poco de nerviosismo. De un momento a otro yo intenté ponerme de pie, pero ella me detuvo con su mano, estirándola para que de esa forma, yo pudiera tomarla y me ayudara a levantarme. Por un momento pensé en ignorar ese hecho, pero después de unos segundos de protestar, opté por tomarle la mano y con su ayuda, ponerme de pie.

Ella sonrió.

— Discúlpame, cholita. no fue mi intención hacerte caer al suelo. — se disculpó, yo sonreí irónicamente, mientras ella solo entrecerraba los ojos.

— ¿Ahora vienes a hacerte la buena conmigo, María Asunción? Que buen chiste. — dije con sarcasmo, ella solo entornó los ojos y desvió la mirada a algún lado del pasillo, cómo queriendo evitar verme a los ojos.

TODOS TIENEN SECRETOS Donde viven las historias. Descúbrelo ahora