031: claudio meyer

17 0 1
                                    

Pasado

Emilia

Hay algo más entre toda está vulnerabilidad, algo qué tal vez debí haber contado desde un principio, pero no encontré el momento justo para hacerlo. ¿Nunca han estado en esa situación en la qué conoces a alguien y enseguida te brindan una confianza inexplicable, pero poco después demuestran lo contrario? ¿Qué pasa cuándo la persona en la que más confiaste y en la que jamás imaginaste que sería capaz de herirte, te da un puñetazo en la espalda? ¿Qué hacer en esa circunstancia?

Lo más lógico es que nos alejemos de tal persona y continuemos con nuestras vidas.. pero hay ocasiones en las que el interés es más fuerte que cualquier otra cosa. Sigues ahí, lastimándote hasta no poder más.. cómo alguna especie de masoquismo. Cuándo al fin decides alejarte, es cuándo te das cuenta de que es demasiado tarde.

¿A qué viene todo esto? ¿Por qué estoy hablando sobre éste tema en específico? Esas preguntas tienen una sola respuesta, con nombre y apellido: Claudio Meyer.

Sí, así como lo acaban de leer. No crean que el es inocente y qué fue el mejor novio del mundo porque no es así, el me lastimó, no de una manera tan trayectoria, pero lo hizo. El engaño estuvo ahí, sucedió y aunque no quiera asumirlo, me lastimó mucho y esa imagen no logra borrarse completamente de mi cabeza. Está atrapada ahí cómo si hubiese sido estampada para siempre, sin salida..., sin nada, enjaulada.

Estoy destrozada por dentro, pero por fuera, sigo siendo la misma Emilia que siempre he sido, desde que ingresé a éste instituto. Me toca fingir que todo está bien cuándo la realidad es otra.

"No todo es color de rosa, las cosas cambian y tarde o temprano, la verdad sale a la luz.."

Ahora entiendo el significado que brinda esa frase tan hermosa y muy llamativa. Al principio, cómo cualquier otra pareja, entre Claudio y yo iba todo bien, mejor que bien diría yo. No había peleas, ni mucho menos discusiones. Bueno, discusiones si, pero nada que con una platica no pueda solucionarse. Poco a poco fui notando que las cosas entre el y yo iban cambiando, cómo si algo o alguien estuviera interviniendo en nuestra relación, y vaya que fue así.

Muchas veces le pregunté si algo le ocurría, pero él simplemente me lo negaba a toda costa, algo evidente. No fue hasta qué comencé a ver cosas que no me agradaban del todo, Antonia comenzaba a acercarse demasiado a el y él no hacía absolutamente nada por alejarla, lo permitía. Antes de ir al grano, les resumiré cómo fueron las cosas, tomen notas.

•••

Otro día más en éste instituto.. lo mismo de siempre, clases tras clases. Estoy harta de la misma rutina, quiero algo nuevo, algo más emocionante y extravagante. Aquí todo es muy tranquilo, nada pasa. Bueno, pasa de todo, pero últimamente todo ha estado muy..., ¿normal? Sí, esa es la palabra justa para describir el ambiente de aquí. Me comienzo a asfixiar con tanta normalidad.

Había estado pensando mil cosas durante toda la mañana, ahora tocaba hora del almuerzo y la verdad es que no tenía apetito para nada. Lo único que quería era irme al dormitorio y dormir un rato, estaba demasiado cansada.. Últimamente no he estado durmiendo bien y tanto estrés me está afectando.

Salí de mi salón y comencé a caminar en dirección a mi dormitorio. Al llegar, me detuve frente a él y fruncí levemente el ceño, había escuchado un ruido demasiado extraño, venía de adentro en la habitación, ¿pero qué podría ser?

Coloqué mi mano en la parrilla de la puerta y comencé a girarla lentamente, pero antes de que pudiera abrirla completamente, alguien vino corriendo hasta mi encuentro, interrumpiendo mi acción. Me giré, aún con el ceño fruncido y vi qué era Machu, tenía una cara de espanto. No pude evitar reírme, me causaba mucha gracia. Ella se cruzó de brazos y acto seguido, frunció el ceño.

Yo seguía riéndome, eso pareció molestarle.. — ¿De qué te ríes? Yo no veo nada gracioso, eh. — seguía cruzada de brazos y aún con el ceño levemente fruncido, mientras yo seguía riéndome de su cara que ahora había cambiando a una que expresaba frustración, mezclada con un poco de enojo.

Después de unos minutos dejé de reírme y me centré en ella.. tenía una sonrisa de medio lado.. Jamás noté que con esa expresión se ve demasiado tierna. — Perdón, es que cómo venías corriendo.. tú cara me causó mucha gracia. — dije, solté una risita y ella solo entornó los ojos.

¿Acaso está chica siempre está molesta o es qué está peleada con la vida? — pensé

Ella dejó caer sus brazos y los colocó sobre su cintura, al mismo tiempo que tomaba un mechón de su cabello y lo colocaba detrás de su oreja. Parece una modelo, tan fina, pero llena de misterios a su vez.

— ¿Te burlas de mí, cholita? — preguntó, se acercó lentamente a mi hasta quedar su cuerpo a centímetros del mío.. — ¿Te parezco graciosa..., o tierna? — volvió a acercarse, esta vez más cerca de lo normal. Su rostro había quedado a centímetros del mío, solo una pequeña distancia los separaba.

Yo retrocedí, unos pasos más hasta que choqué con la puerta de la habitación. Ella colocó ambas manos a mi costado y me miró fijamente a los ojos. Sus ojos verdes se clavaron en los míos.. sentí una corriente eléctrica recorrer todo mi cuerpo, una sensación extraña que jamás había experimentado.. Está chica me confunde.

— Y.. yo eh.. ¿qué haces? — ella sonrió, acarició mis labios lentamente.. mi respiración aumentaba cada vez más.. estaba en pánico, no sabía qué hacer en ese momento.. hasta que ella lo notó y se detuvo, alejándose completamente de mí. — Tengo que irme.. — me giré y me dispuse a abrir la puerta, no sin antes escuchar un "espera" de su parte.. pero lo ignoré.

Entré a la habitación seguida por ella. Al entrar maldije y me arrepentí de haber abierto esa maldita puerta. Me giré y a mi lado estaba Machu, quién observaba la escena igual de sorprendida que yo. Frente a mí estaba Claudio, en la misma cama con Antonia, en SU cama..., desnudos.

Sentí mis piernas volverse frágiles, sentía que caería al suelo en cualquier momento. Mi corazón estaba acelerado, al igual que mi respiración. Sentí mis ojos arder y enseguida comenzaron a aguarse. Las lágrimas amenazaban por salir, siento una ganas inmensas de llorar y lo terminaré haciendo en cualquier momento.

Mi vista se nublaba a causa de las lágrimas, lo único de sentí luego fue unos brazos rodearme y abrazarme fuertemente, cómo si su vida dependiera de ello. Me hundí en su cuello y solté todas las lágrimas posibles. Esto jamás lo podré olvidar.

¿Cómo pudiste hacerme esto Claudio?

¿Cómo pudiste hacerme esto Claudio?

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—n;

TODOS TIENEN SECRETOS Donde viven las historias. Descúbrelo ahora