001: el comienzo

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Presente

Claudio

Estaba yo con mis compañeros de habitación, muy enfadado por cierto, ya que Silverio no dejaba de gritar y hacer un escándalo por toda la habitación, como siempre.

Hablaba sobre algo que había sucedido con Romina o que sé yo, la verdad no escuché, ni entendí nada de lo que estaba diciendo porque no es algo que a mi me interese justo en éste momento.

Por otra parte, estaba Ulises que no dejaba de lamentarse por algo que había sucedido con su viejo. No es amigo mío, así que no me interesa.

Así es aquí en Like, una vez que no tenés clase, es lo más aburrido del mundo.

"¡Claudio, Claudio!"

Escuché a alguien llamar mi nombre y unos golpes muy fuertes golpeando la puerta, como si estuviesen por ser asesinados o algo.

Se abrió la puerta y entró Jessica, muy agitada y con cara de como si hubiese visto la peor escena de su vida, y vaya qué lo fue...

— Claudio, tienes que venir... — dijo con dificultad, pues a cómo estaba parecía como si hubiese corrido un maratón.

— ¿Qué sucede? ¿Estás bien? — ya me comenzaba a preocupar.

— Emilia... — no pudo terminar la frase porque la interrumpí con un grito

— ¡¿Que con Emilia?! ¿Que pasó? — la tomé por los brazos y la sacudí, muy desesperadamente — ¡Joder, decime algo! — volví a gritar

— ¡Suéltame! — hice lo que me pidió — Ven conmigo, ahora — salimos de ahí corriendo a la habitación de ellas

Entramos a la habitación, había muchos vidrios regados por todo el suelo, más en la dirección del baño.

Al entrar ahí me encontré con lo peor que hubiese podido presenciar en mi vida, Emilia tirada en el suelo con un charco de sangre y un vidrio en la mano con el que al parecer, había cometido lo que ya a éste punto era demasiado evidente.

Corrí a donde estaba y la tomé entre mis brazos, muy desesperado y solté un grito cual animal enjaulado.

Al voltear a mi derecha encontré un sobre tirado a un lado de su cuerpo, al igual que ella, éste también se encontraba manchado con sangre.

Lo tomé entre mis manos y leí la portada, "Adiós."

— ¡Noooo! — fue lo único que se oyó en aquel baño de cuatro paredes.

—n;

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