027: la verdad detrás de la tormenta

24 1 0
                                    

Pasado

Emilia

Las personas muestran una cara frente a todos, una que a lo largo del tiempo se irá descubriendo. Se disfrazan de una máscara, muy distinta a lo que realmente son, y deciden pasar desapercibidos para qué de esa manera, no sean descubiertos en una realidad que es muy ajena a lo que verdaderamente es la vida.

Muchas veces lo hacemos por dolor y porqué la vida nos ha dado muchos golpes, qué a cierto punto nos sentimos vulnerables e incapaces de seguir viviendo con la misma normalidad qué hasta hace un momento teníamos. Tal vez, habíamos sufrido demasiado y optamos por mostrarnos distintos, fríos y distantes.. ante está vida que en nuestros ojos, es una farsa y una total tontería.

Eso mismo fue lo que me pasó a mí. Llegó un punto en mi vida en el qué yo dejé de sentir, dejé de soñar, dejé de respirar..., estaba cómo muerta, por decirlo de alguna manera. Había sufrido demasiado a tal punto que no quería seguir viviendo, pero no había conseguido pensar en una forma de acabar con tanto sufrimiento. Así qué no me quedó de otra más que seguir con mi vida, aguantarme todo y ser fuerte..., soportar todo, aunque me costara la vida, tanta lágrima.

Poco a poco fui cambiando mi actitud hacia todo, y todos, pero como mencioné anteriormente, yo fingí estar bien, fingí que nada malo ocurría cuándo la realidad era otra y todo por no causar lástima. Quise y quiero aparentar algo que aunque sé qué no soy, es lo mejor para todos.

•••

Tengo un recuerdo..., poco después de qué había sucedido lo de Machu, lo del rumor y todo ese asunto.. Un día de esos yo me encontraba en mi dormitorio, sentada en mi cama, leyendo un libro con gran interés y concentración. Entonces escuché el sonido de la puerta abriéndose, me sobresalté y desvié la mirada de mi libro a donde provenía aquel ruido e inmediatamente fruncí el ceño al ver de quién se trataba.

Era Machu quién había entrado a la sala y tenía una expresión indescifrable en su rostro, cómo si estuviera por decir algo que la perjudicaría o peor aún, que la condenaría a muerte. Ignoré ese hecho y devolví la mirada a mi libro y proseguí a seguir con mi lectura hasta que sentí una presencia enfrente mío. Alcé la mirada y me encontré con que Machu se había acercado a mi, hasta quedar directamente enfrente de mi, mirándome fijamente, cómo esperando encontrar las palabras suficientes para decir algo.

Cerré el libro que minutos antes había estado yo leyendo con gran atención y lo coloqué a un lado de mí. Me crucé de brazos, la inspeccioné con la mirada de pies a cabeza, llevaba puesto el outfit de deporte, al parecer había estado en la clase de educación física. Ignoré eso y acto seguido, fruncí el ceño para luego alzar mi ceja izquierda, incitándola a qué hablara y ella pareció haber entendido eso.

— Yo..., Emilia, tengo que hablar contigo, es medio importante.. — dijo finalmente, sus ojos transmitían inseguridad, era muy notoria

Desvíe la vista a algún lado de la habitación, aún con el ceño fruncido. Devolví la mirada en dirección suya y miré fijamente sus ojos color verde, intentaba descifrar algo en su mirada que me dijera qué esto era uno más de sus jueguitos, pero sin embargo, lo único que encontré fue una mirada sincera.

— No creo que nada que pueda venir de ti, sea importante. Ya bastante me haz hecho con lo qué te inventaste cómo para que vengas a hacer o decirme algo más, no pierdas tú tiempo intentando porque no quiero escucharte. — dije, esas palabras salieron de la forma más fría con la qué nunca antes me había expresado..., es aquí dónde todo acaba

TODOS TIENEN SECRETOS Donde viven las historias. Descúbrelo ahora