Berlín. Después del atraco.

Capítulo 8. Una explicación.

Andrés estaba llegando a casa de Sandra, esta vez iba vestido con pantalones vaqueros oscuros, con un polito negro y un abrigo ya que hacía frío. Tras 10 minutos andando por fin llegó a la casa de Sandra pensando en todo lo que tenía que contarle. Pita en el timbre de la puerta. Sandra abrió y le dijo que pasara mientras le hacía un gesto.

- Deja el abrigo en el perchero si quieres, le dijo Sandra señalando donde estaba el perchero.
Andrés asentó con la cabeza y fue hacia el perchero sin decir nada.
- ¿Nos sentamos? Dijo Andrés tras soltar el abrigo.
- Sí. Respondió Sandra dirigiéndose al sofá.

Tras una pausa Sandra empezó a hablar decidida.

- ¡Cuando quieras puedes contarme por qué me dejaste tirada! para irte con un amigo o con quien fuese esa persona. Dijo Sandra algo alterada.
- ¡Primero tranquilizate! las cosas no son como piensas. Dijo Andrés con un tono elevado.

Andrés suspiró y continuó hablando más calmado.

- Esa persona es mi hermano y no pude avisarte antes porque no sabía que vendría, pero sabes lo mucho que quería verte. Dijo Andrés con seguridad.
- No sabía que era tu hermano, recuerdo que me hablaste de él, pero ¿que hace aquí?

Andrés se sentía en una situación incómoda, estaba algo agobiado, pero seguia confiando en que iba a contárselo todo.

- ¿Me puedes traer un vaso de agua? Por favor. Dijo Andrés sin parar de pensar en como explicárselo.
- Sí, voy a la cocina.

Sandra vuelve de la cocina, le da el vaso de agua y Andrés le agradece. Se vuelve a sentar en el sofá para continuar escuchando a Andrés.

- Ha venido porque está metido en un problema y necesita mi ayuda, me dejó una carta en el buzón citándome a la misma hora que habiamos quedado tú y yo, lo ví tarde, cuando ya iba a venir a recogerte, por eso no pude avisarte. Dijo Andrés mirándola a los ojos.

Sandra baja la mirada sin saber que responder.

- Ahora no tienes que decirme nada, pero voy hacerte una pregunta y tienes que responderme con sinceridad. ¿Puedo confiar en ti? Preguntó Andrés cogiéndola de la mano.
- Sí, sabes que puedes confiar en mi como yo confíe en ti. ¿A qué viene esto? Respondió Sandra mostrándose con preocupación.
- Han pasado ya unos 4 años, pero ¿Te suena algo de un robo en la fábrica nacional de moneda y timbre? En España.
- Si Andrés, ¿o prefieres que te llame Berlín? Dijo Sandra con una sonrisa.
- ¿Qué? ¿lo sabías todo y no me dijiste nada? Dijo Andrés sin saber cómo reaccionar.
- Estaba esperando este momento, a que me lo dijeras tú, pero puedes seguir tranquilo por mi parte no habrá ningún problema, me salvaste de una y no te voy a vender. Eso sí, tienes que explicarme como es eso de resucitar, cuando yo muera también quiero hacerlo. Dijo Sandra quitando tensión al asunto.
- Tengo que explicarte más de lo que crees. Respondió Andrés con una sonrisa.

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• Pronto más.
• En el próximo capítulo Sandra terminará de saberlo todo y habrá más cosas.
• Espero que os vaya gustando.

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