Berlín. Después del atraco.

Capítulo 14. España.

12 horas de vuelo, eso fue exactamente lo que tardaron en llegar a Madrid, y de Madrid tenían que ir a Oviedo, en Asturias, allí es donde todos se reunirían para escuchar el plan del profesor. En Madrid tenían que pasar desapercibidos, y la mejor manera sería actuar normal sin interactuar con nadie y salir lo más rápido posible de ese foco de atención. El profesor tenía preparado un coche que pidió a personas de confianza cerca de la salida del aeropuerto. El primer objetivo era llegar al coche evitando las miradas de las demás personas, en conclusión, un objetivo fácil, a parte de que iban con ropa disimulada, algo disfrazados, pero normales.
- Chicos necesito ir al baño, no tardo nada. Dijo Sandra
- Ahora no, tenemos que salir ya de aquí. Dijo Sergio en un tono leve.
- ¡No aguanto! un segundo. Continuó Sandra.
- Voy con ella. Dijo Andrés.
- Andrés tú no. Respondió Sergio.
- Nadie nos reconoce, ya volvemos. Dijo Andrés.
- Bueno os espero en la esquina, un minuto, no tardéis. Dijo Sergio.

Un minuto era el tiempo que tenían como mucho en volver, contando que ya deberían estar en el coche pero con este imprevisto tardarían unos segundos más. El objetivo era fácil, bajar del avión e ir al coche, y aunque ya tenían aprendido que por milésimas de segundo algo puede salir mal, dejaron pasar esto, lo que no se esperaban es que algo tan simple como ir al baño podría complicarse.

Sandra entró al baño de chicas mientras Andrés la esperaba fuera. En ese momento un chico joven, moreno, de unos 22 años de edad que estudia periodismo estaba sentado en un banco que había cerca del baño. Era un chico curioso, que había estudiado mucho sobre antiguas noticias importantes, una de ellas el atraco a la fábrica de moneda y timbre, algo que la gente ya había superado, pero precisamente ese chico a lo largo de sus estudios, hubo un tiempo donde puso mucho interés a ese tema. Por eso se fijó bastante en Andrés, no deducía quien era, pero no dejaba de observarle. Andrés giró la cabeza y se dió cuenta de que el tipo del banco no paraba de mirale, apartó la mirada de inmediato, porque lo primero que tenían que hacer era no interactuar con nadie de ninguna manera.

- Como tarda Sandra. Decía Andrés en su cabeza poniéndose ya algo nervioso.
Definitivamente aquel chico curioso se acercó a Andrés.
- Oye, tú... ¿eres famoso? Preguntó.
- No, se está equivocando. Dijo Andrés agachando la mirada intentando esconderse detrás del sombrero.
- Vale, perdona. Se retiró pensativo.

Salió Sandra del baño.
- Al fin, un tío se acercó a mi preguntando que si era famoso. Dijo Andrés mientras caminaban hacia donde Sergio les esperaba.
- ¿Qué? Dijo Sandra riéndo.
- No te rías, casi me reconoce. Respondió Andrés preocupado.

Llegaron donde estaba el profesor y se montaron en el coche, comenzó a conducir Sergio, y Andrés y Sandra iban montados detrás.
- ¿Os ha visto alguien? habéis tardado. Dijo Sergio.
- No Sergio. Dijo Andrés.
- Sandra, ¿pensaste que nombre de ciudad te gustaría tener? Preguntó Andrés sonriente, sin darle más importancia a la pregunta de su hermano.
- Sí, me gustaría California, aunque hayamos vivido en Los Ángeles no suena tan bien, California suena mejor. Respondió Sandra mientras sonreían.

Así fue el camino de Madrid a Oviedo, entre charlas y charlas, hasta que finalmente llegaron al lugar. Allí ya se encontraba Martín, Palermo, los demás llegarían al día siguiente, él era el único que sabía que Berlín estaba vivo. La última vez que se vieron fue cuando Palermo y el profesor ayudaron a Berlín a salvarse, después tuvieron que separarse, con la condición de no volver a verse jamás, pero ahora la ocasión lo permitió, y la verdad es que estaban deseando volver a verse.

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• Sandra será California.
• En el próximo capítulo encuentro con Palermo, y también con el resto de la banda.
• Pronta más.
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