[Han pasado 3 años desde aquel magnífico atraco en la fábrica nacional de moneda y timbre, 3 años de ese plan que fue tan perfecto, un plan dirigido desde fuera por Sergio, el profesor, y liderado desde dentro por Andrés, Berlín, donde éste no tuvo...
Oviedo, Asturias. 11:30 am. Andrés estaba sentado al lado de un árbol pintando y llegó Martín. - ¿Qué pintás los cuadros que tenemos que robar? Preguntó Martín con un tono agradable. Andrés sonrió. - No. Pinto lo que veo, el paisaje. ¿Quieres que te pinte? Dijo Andrés tras una pausa. - Si me sacás guapo sí. Contestó Martín sonriendo mientras hacia gestos. - Eh mirá, parece que viene un coche, seguro que son ellos, será mejor que entremos y avisemos a Sergio, que no sean a ti la primera persona a la que ven. Continuó Martín. - ¿Por qué no? Seguro que se alegran de verme, o puede que se crean que soy un fantasma. Dijo Andrés riendo. - Sabés que a mi me da igual, pero es por Sergio. Añadió Martín. - Venga vale, vamos dentro. Dijo Andrés mientras se levantaba y recogía sus cosas.
Entraron a la casa. - ¡Sergio tenemos visita! Dijo Andrés gritando. - Hey Sandra estás despierta, ¿qué tal has dormido? Continuó Andrés viendo llegar a Sandra desde el pasillo. - Pues he dormido bien. Dijo mientras llegaba a Andrés para darle un beso. - Buenos días Martín. Continuó Sandra. - Buenos días. Respondió Martín intentando no forzar la sonrisa.
Apareció Sergio. - Eh...vale, parece que ya están aquí, voy a ir ha recibirlos, no os mováis. - Pero hermanito, yo me encondo ¿o qué? Dijo Andrés con cara de que esta situación le gustaba. - No, sentaros por ahí. Dijo Sergio señalando unas sillas que había en el salón. - Todos. Remarcó el profesor mientras se dirigia a la puerta. - Como disfrutás esto. Le dijo Martín a Andrés. - Como un niño pequeño hermano. Respondió Andrés mientras reían.
Llegaron todos. Tokio, Denver, Estocolmo, Nairobi, Rio y Helsinky. - ¡Profesor! Gritó Tokio mientras iba corriendo para abrazarle. - ¿Como está señorita Tokio? Preguntó Sergio sonriendo. - Bienvenidos a todos. Dijo el profesor mientras saludaba a todos entre sonrisas y abrazos. - Que contenta estoy de volver a verte profesor. Dijo Nairobi mirándolo con sinceridad. - Bueno, pasamos o qué, no nos vamos a quedar aquí en la puerta. Continuó Nairobi. - Eso eso, que no veas como pesa esto. Que Estocolomo ha hechao ropa como pa un año. Dijo Denver mientras reían. - Sí, pero un momento. Dijo el profesor tomándose una pausa mientras se ajustaba las gafas. - ¿Qué pasa profesor? Preguntó Estcolmo. - Bueno no pasa nada, dentro está Martín que os he havlado de él en un par de ocaciones y dos personas más que ahora veréis. Contestó el profesor. - A ver quita. Dijo Nairobi mientras entraban todos. - Pero si aquí solo hay dos personas. Comentó Denver, mientras veía que solo estaba Martín y una chica, Sandra. - ¿Quién es esta chica? Preguntó Tokio curiosa. - Hola, buenas chicos me alegro de veros, sé que el profesor os habló de mi en otras ocasiones, pero me presento, soy palermo. - Martín, ¿dónde está? Preguntó el profesor algo nervioso. - No tuve nada que ver, fue él solito. Respondió Martín. - Pero qué pasa hermanitos. Dijo Andrés riéndose mientras salía de detrás de una cortina. Sandra y Martín reían llevándose las manos a la cabeza. - Pero qué cojones. Dijo Nairobi, mientras todos alucinaban, sin poder creer lo que estaban viendo. - Estás... estás vivo. Dijo Denver travándose. - Si si, estoy vivo. Que alegría Tokio. Dijo Berlín riéndo. - Bueno a ver, vamos a sentarnos todos, tenemos cosas que explicaros. Comentó el profesor.
Se sentaron todos y el profesor comenzó a hablar. - Lo primero, bienvenidos a todos. Andrés, Sandra, venid a mi lado. Ella es Sandra, será California, es la actual pareja de Andrés y estará en la banda junto a nosotros. - ¡Buah! Soltó Tokio. Andrés la miró mal pero sin poder quitar su sonrisa. - Puedes sentarte. Dijo el profesor. Sandra se sentó sin tener contacto con nadie con la mirada. - Bueno que sí, muy bonito todo, dentro de lo que cabe, nos alegramos hasta de que estés vivo, pero alguien va a contar ya cómo pasó eso. Dijo Rio. - Por supuesto Rio. Andrés, adelante. Dijo el profesor. - Bueno, la verdad que salí vivo gracias a Sergio y Martín. Me estaba desangrando tras ese montón de disparos que recibí, obviamente estaba bien protegido, sino, no estaría aquí. Aún así creía que era imposible salir vivo de ahí. Palermo me estaba esperando fuera, en un coche, por si salía vivo. La policía se creían que me habían matado, y dejaron mi cuerpo ahí, como un perro, toda esa zona se quedó despejada. Yo salí arrastrándome, cubierto completamente de sangre sin que nadie me viera, y llegué hasta el coche. Palermo, destrozado, pero manteniendo la compostura, me subió en el coche rápidamente y me llevó hasta un local. Y ahí estaba mi hermano, con dos cirujanos y con todo preparado. Me salvé de milagro, pero aquí estoy. Explicó Berlín sintiéndose agusto y siendo el centro de atención contando sus historias, como a él le gustaba. - Estoy flipando. Dijo Nairobi - Pero, ¿y tu enfermedad? Preguntó Tokio. - Tuve la suerte de salir de esa, eso sí me dejé un pastizal. Contestó Berlín. - Que contento estoy de volver a verte. Dijo Helsinky mientras sonreían. - Bueno, pues ya está. Pusó fin el profesor.
Salieron todos fuera, para sentarse y charlar allí entre ellos. Ahí el profesor aprovechó para contar el cambio de planes que hubo, y siguieron hablando mientras preparaban la comida para almorzar, y de alguna manera celebrar que estaban de vuelta.
_____________________
• La teoría de cómo sobrevivó Berlín, cierta parte la he sacado basándome en una entrevista dónde Pedro Alonso explicaba esa idea más o menos.
• Sobre Palermo, como esta historia está basada desde el final de la segunda temporda, todavía no lo conocen, pero de alguna manera he puesto como que se conocían un poco sobre cosas que el profesor les iba contando de ellos.
• Y por último, espero que os haya gustado.
🐎🐎🐎🙏🏻🔥
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.