[Han pasado 3 años desde aquel magnífico atraco en la fábrica nacional de moneda y timbre, 3 años de ese plan que fue tan perfecto, un plan dirigido desde fuera por Sergio, el profesor, y liderado desde dentro por Andrés, Berlín, donde éste no tuvo...
Todos estaban felices tras el reecuentro, mucha ilusión, risas, emociones... pero tan solo quedaban dos semanas para entrar y atracar el Museo del Prado, el profesor no quería alargar más esta situación ya que no podía dejar de pensar en todo lo que podría estar sufriendo Lisboa. Dos semanas era poco tiempo para elaborar un plan perfecto, pero se dio cuenta de que podría usar parte del plan que tenía para entrar en el banco de España, ese plan que terminó en la ciudad de California.
El profesor reunió a todos para comenzar a explicar que es lo primero que deberían de hacer. - Bueno, lo primero bienvenidos a todos y a todas... de nuevo. Dijo el profesor tras una pausa y apuntarlo en la pizarra. Soltaron todos una sutil risa. - Al grano profesor. Comentó Nairobi. - Sí. Como ya sabéis bien, este plan es para rescatar a Lisboa, entrar al Museo del Prado no será nada fácil, pero podemos convertirlo en algo sencillo. Dijo mientras se colocaba las gafas. - Lo primero, antes de nada, dos personas tienen que ir al museo para hacer una visita y observar cada detalle. He decidido que esas dos personas sean Palermo y California, ya que nadie los conocen. Iréis dentro de dos días. Continuó mientras los señalaban.
Andrés miró a Sandra sonriendo. - Pero hermanito ¿Cómo vamos a entrar? es un lugar bien vigilado. Preguntó Berlín. - Por la puerta principal. Entraremos como visitantes, pero nos quedaremos dentro, solo estaremos un día, porque recordamos que no vamos a robar dinero, vamos a robar arte. Lo complicado será salir, pero eso ya lo contaré más adelante. Cuando Palermo y Califronia vayan a Madrid y vuelvan, nos comunicarán los detalles, entonces os seguiré explicando. Dijo el profesor poniendo fin a esta breve clase.
Todos se levantaron - Heey Sandra, tienes tu primera misión. ¿Estás ilusionada? Ojalá pudiera ir yo contigo, pero ya sabes, me podrían reconocer. Además yo ya visité una vez ese lugar, hace mucho tiempo ya, te va ha encantar. Dijo Andrés, él si ilusionado. - Sí, y ojalá pudieras venir tú conmigo, no conozco bien a ese tal Palermo, pero espero llevarme bien con él, aunque ya me dijiste que era tu mejor amigo. Comentó Sandra. - Tranquila no muerdo. Dijo Martín apareciendo por detrás. - ¡Martín querido! Tratamela bien eh. Dijo Andrés mientras le ponía la mano sobre el hombro. - Yo soy un caballero con las novias de mis amigos, y aunque sea un tipo atractivo sabes que nunca intentaría conquistarla. Contestó Martín con un tono vacilón. - ¡Porque te van los tíos! Dijo Andrés entre risas. - Sí, también por eso hermano. Rieron los tres.
Día de visitar el museo. Palermo y california.
Martín y Sandra acababan de llegar a Madrid, estaban a las puertas del Museo del Prado, iba a ser un día largo para ellos, pero con lo poco que se conocían se llevaban bien, aunque Martín no podía evitar no acordarse de que ella estaba con Berlín cada vez que la miraba, se le hacía duro por momentos, pero trataba de acostumbrarse y ser profesional. - Bueno, entremos. Dijo Palermo tras un suspiro.
Nada más entrar ya había un guarda de seguridad, se le veía un tipo normal, de familia trabajando de segurata porque no le quedaba más remedio, sin importancia. Iban caminando observando cada cuadro, como era ese lugar, las dimensiones. Se detenieron delante de un cuadro, donde había una línea que no podían cruzar, pero Sandra se acercó más de la cuenta y la traspasó. - Eh tú, no ves que no puedes cruzar la línea. Era otro guarda, nada más hablar se notó que éste podría dar muchos más problemas que el otro. - Perdón, no me di cuenta. Respondió California. - Pues a ver si estamos más atenta la próxima vez. Dijo el guarda de una manera desagradable. - La señorita ya le dijo que no se dio cuenta. Dijo Palermo saltándo a la defensa mirándolo a los ojos. - Sí, y yo ya le he dicho que esté más atenta. ¿O no lo ha escuchado? Contestó este. - Martín vamonos. Dijo Sandra mientras lo cogia del brazo, sin que Martín retirara la mirada del guarda. - La concha de su madre el pelotudo. Terminó Palermo diciendo esto último con un leve tono.
Una vez terminada la visita, regresaron a Oviedo, el trayecto era de unas 4 horas aproximadamente, cuando llegaron ya había anochecido. Todos estaban dentro juntos, excepto Berlín, que estaba fuera con una copa esperando el regreso de ambos mientras tomaba el aire. - ¡Por fin! Ya estáis aquí. ¿Cómo ha ido? Dijo Andrés mientras pasaban dentro y besaba a Sandra. - Ahora os contamos a todos. Respondió Martín frío. - Bien, ya estáis aquí, pensaba que tardaríasis más. ¿Cómo ha ido todo? Preguntó el profesor. - Pues dentro de lo que cabe bien, podemos entrar fácilmente como visitantes, la vigilancia es normal, exepto un tipo que iba de listo. Comentó Sandra. - Cuando estemos allí se acordará de mi para siempre, la concha de su madre. Pero de lo más normal el lugar. Dijo Martín. - Bueno, debéis de estar cansados, mañana a primera hora me contáis todo, y a partir de ahí os comunicaré todo los pasos que haremos. Ahora todos ha descansar. Pusó fin el profesor a la conversación.
- Andrés, ¿puedes venir un momento? Dijo el profesor acercándose a él que estaba junto a Sandra y Martín hablando sobre el día que llevaron.
Andrés se levantó y se dirigio junto a Sergio. - Dime hermanito. Dijo Andrés. - He pensado que seas tu el que lleve dentro el mando también de este atraco, los dos sabemos que Martín quería ese puesto, pero he decidido que seas tú, mañana se lo comunicaremos. Le dijo el profesor. - Ya sabía que sería yo. Y al ser yo, no se lo tomará a mal, o sí, no sé, pero es lo que hay, ya hablaré yo con él no te preocupes por eso. Dijo Andrés tocando el hombro de su hermano. - Por cierto, descansa tu también que tienes más mala cara. Terminó Andrés.
Finalmente Andrés volvió donde estaba Sandra y Martín, todos los demás ya se habían ido a sus habitaciones, y ellos también estaban a punto de hacerlo. Fue un día largo, pero cada vez quedaba menos para que llegara el gran día.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
____________________
Nuevo capítulo. Gracias a las personas que la vais leyendo esta historia. 🙌🏼
Berlín y Palermo siguen llevando su gran amistad, aunque por momentos Palermo sienta celos de Sandra.
Comentad. ¿Qué os va pareciendo? ¿Qué os gustaría ver? ¿Qué os parece el personaje de Sandra?