Tres

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Al llegar a la capital, los tres se encontraban fuera del palacio de Xie Lian, distraídos por el error, Feng Xin caminó con Mu Qing entre sus brazos en dirección a su palacio, y con Xie Lian junto a él.

Ninguno pensaba decir nada, caminaban pensativos, y distraídos, no notaron al general Pei Ming cuando derrepente apareció frente a ellos con una sonrisa en el rostro.

"Su alteza, ¿Cómo le va con la flor de la lluvia sangrienta? Supongo que bien, se ve más radiante que antes" -El castaño se sonrojo, Pei Ming había notado a los otros dos, solo había esperado para poder hacer el comentario que picaba su lengua, y que no pensó que se lo tragaría al ver la falta de poder espiritual alrededor de Mu Qing-. "Supongo que están ocupados, espero podamos charlar después" -Dando una ligera reverencia, se quitó del paso, y ellos caminaron en silencio todavía-.

Los tres entraron al palacio de Xuan Zhen, Mu Qing bajó de los brazos del otro con cierto cuidado, y asintió ligeramente cuando Feng Xin le miró preocupado.

"Gracias" -Xie Lian y Feng Xin aún no se acostumbraban a escucharlo agradecer, ambos asintieron, no querían presionarlo más, Xie Lian entendía por lo que estaba pasando, y Feng Xin que conocía al otro, lo suponía-.

"Prepararé té" -Su alteza caminó a la cocina del lugar, mientras que el pelinegro se recargaba en el marco de la puerta, y Mu Qing se sentaba sobre su cama, ninguno de los dos parecía saber que decir-.

"Yo tengo cosas que hacer, si necesitas algo, estaré en mi palacio, vendré a verte mañana aunque no quieras" -El platinado asintió mirándole unos segundos antes de hablar-.

"¿Qué opinas?" -El más alto suspiró-.

"¿A qué te refieres?" -Mu Qing quería preguntar con respecto a quien lo había envenenado, pero prefirió no hacer la pregunta de eso, a como había estado reaccionando últimamente el pelinegro con respecto a algo que lo tuviera relacionado, prefería preguntarle aquello a su alteza-.

"La calamidad" -Feng Xin guardó silencio durante unos segundos, aunque no supiera porqué, se sentía ligeramente molesto, inquieto de igual forma, si Mu Qing fuera en esas condiciones a una calamidad, lo más probable es que fallaría, y su estado sería peor al que tiene ahora, pero claro que no podía decírselo así, probablemente el platinado se ofendería, y parecía no estar del mejor humor, pero. su boca pudo antes de que pensara bien las cosas-.

"¿En serio lo estás considerando en estos momentos? ¿Qué tan idiota eres? Una calamidad ahorita, podría matarte" -Mu Qing puso los ojos en blanco, el pelinegro lo miró, ante el contacto visual fue él el primero en desviar la mirada, suspirando-. "Solo, piénsalo, se que no vas a escucharme, pero si te mueres yo-"

Ante la pausa que hizo este, Mu Qing elevó la mirada, esperando que dijera algo o al menos que lo mirara de regreso, rara vez Feng Xin se ponía sentimental.

"Traje el té" -Xie Lian interrumpió aquello, haciendo que ambos lo miraran, tal vez era el destino que no quería que hablaran demás, el más alto suspiró entre aliviado-.

"Debo irme, si necesitan algo, estaré en mi palacio" -Xie Lian asintió viéndole irse, ni Mu Qing ni Feng Xin se miraron de nuevo-.

 El pelinegro se fue sin decir más, con la mirada del platinado en la puerta durante unos segundos, reaccionando al sentir el ligero tacto del castaño. 

"¿Cómo estás?" -Mu Qing recibió la taza de té dándole un ligero sorbo, y esperó mientras organizaba sus propias ideas para expresarlas, así que Xie Lian volvió a hablar-. "¿Harás pronto tu calamidad o esperarás a que descubramos quien te envenenó?"

Xie Lian parecía ser el que mejor lo conocía aún, después de mirarlo unos segundos, y bajar la mirada a su té, habló.

"Hay galletas de cerezas en el jarrón" -El castaño sonrió ligeramente yendo por ellas, tomó una para él y otra para el platinado, que la recibió sin un atisbo de apetito, pero que aún así, miró a su alteza comer esta con gusto, el castaño se había quedado admirando un poco la galleta, como si quisiera descifrar algún enorme secreto dentro de ella-.

TE ODIO (𝐅𝐞𝐧𝐠𝐪𝐢𝐧𝐠) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora